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Channel: SONIA MARNEZ - Moda, Belleza, Lifestyle
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5 tendencias 2016/2017 para invitadas perfectas

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Para mí, las bodas más bonitas son las de otoño. Yo me casé en otoño, ya lo sabéis, y ya os he contado en varias ocasiones en este blog de bodas los motivos por los que soy tan fan de esta estación para casarse: ya no hace tanto calor agobiante pero tampoco hace frío; los colores del paisaje, amarronados, son maravillosos para las fotos; los precios se reducen un poquito, cosa que siempre viene bien... Sé que cada vez, los novios escogen esta estación para su boda; septiembre, octubre e incluso noviembre son meses cada vez más elegidos para casarse. Así que seguramente muchas vais a ir de boda próximamente :-) ¿Estáis ya pensando en lo que os vais a poner? En mi otro blog de moda, www.trendsandfashion.com, en el que junto a mi compañera María José os hablo de nuestra particular manera de entender las tendencias, vais a ver, a nivel de la moda en general, muchas de las prendas que se van a llevar en este último cuatrimestre del año. Pero hoy os quiero dar algunos tips con lo que llevar estos meses, para que os inspiréis y cojáis ideas para ser la perfecta invitada y a la última.

1. Vuelven los metalizados.


Yo soy muy de metal. Más de oro que de plata, pero me encantan. Así que estoy muy feliz de que sea una de las tendencias de este otoño/invierno 2016/2017. Sobre todo, lo que más me gusta es una falda midi metalizada y plisada, tipo Yves Saint Laurent. Seguramente cuando vemos prendas de este tipo pensamos en fiestas o eventos navideños. Pero tenemos que empezar a abrirnos a otros momentos, por ejemplo una boda. En pantalones anchos, blusas, vestidos, faldas, clutches... lo metalizado está de moda.

2. Invitadas bailarinas.


Esta es una tendencia que me encanta. Yo siempre he querido ser bailarina y todo lo que tenga que ver con este mundo me fascina. Este otoño/invierno, ya lo habréis visto, el tul vuelve con fuerza. Ya lo detectamos hace unos años, inspirándonos en la Carrie (Sarah Jessica Parker) de Sex & The City, pero el tema ha ido a más. Esta temporada vamos a encontrar invitadas con faldas, vestidos y transparencias con tul. Veréis que damos un paso más, y al tul le incorporamos lentejuelas, purpurinas o piezas de strass. El midi (largura) sigue siendo protagonista tanto en faldas como en vestidos de tul para bodas. Podéis encontrar este tipo de faldas o vestidos de tul en tiendas como Zara, Asos o Bego & Me. Os hablo de invitadas pero esta tendencia también la encontraremos en la moda nupcial, en las novias.

3. Pendientes grande y expresivos.


Nunca podemos olvidarnos de los complementos en cualquier look de invitada. Los pendientes nuevamente tienen un papel protagonista en cualquier look de invitada de boda. Se llevan los pendientes grandes y de formas geométricas y también los pendientes altos tipo ear cuff, que podéis encontrar en varias tiendas, entre ellas Unode50. También cobran una gran relevancia los tocados joya, para el pelo, como diademas de brillantitos, horquillas de strass, tiaras con forma de corona, etc.

4. Love Velvet.


Otra de las tendencias que ha llegado fuerte es el terciopelo. Y estoy contenta, porque es un tejido que me encanta. De hecho, ya he incorporado algunas prendas de este estilo en mi armario para esta temporada. Para las invitadas de boda las propuestas con terciopelo más destacadas son vestidos midi y ajustados, bodies con escotazo y falda lápiz, americana y palazzo y jumpsuit. Ah! y no me puedo olvidar de bolsos y zapatos. Vais a ver terciopelo en todas partes :-)

5. Arrasan los chockers.


Si antes os hablaba de la importancia de los complementos mencionando los pendientes, tengo que hacerlo también con los collares. Esta temporada, sin duda, hay un estilo que se lleva la palma. Son los chockers, una tendencia que pegó fuerte en los 90 y que vuelve esta temporada. Se trata de una gargantilla muy pegada al cuello. Aquí vamos a ver varias tendencias que se mezclan, porque el terciopelo, por ejemplo, también lo vamos a encontrar en este tipo de joyas. También os digo que son collares para cualquier ocasión, para el día a día, con unos jeans y una camisa, y también para un look de noche o de boda, por ejemplo. Yo os tengo que confesar que ya me he comprado varios, varios bastantes. No me he podido resistir.

Espero que estas referencias os resulten interesantes y os sirvan de inspiración para crear vuestros looks de invitada de boda. Ya os habréis dado cuenta de que yo estoy encantadísima con todas ellas y ya las he incorporado a mi armario.
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10 razones para no perderos Mi Boda Rocks Experience Barcelona

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Siempre espero con ansias el fin de semana, porque, aunque sigo trabajando, siempre hay huequitos para descansar y hacer algún plan chulo con mi marido, con Kira, con mi madre o con mis amigas. Pero este finde, me apetece mucho más si cabe, porque voy a ver (no las veo desde La Barcelona Bridal Fashion Week, en mayo) a mis amigas Sonia y Cristina de la revista para novias Mi Boda Rocks, y que llevan ya a sus espaldas la organización de 15 ediciones de este evento para novios, desde 2013, la tercera en mi ciudad, Barcelona.

Mi Boda Rocks Experience es un showroom dirigido a novios que están pensando en boda y/o preparándola y quieren conocer de primera mano las últimas novedades y tendencias del mercado nupcial. 

La cita es este domingo 2 de octubre en el Hotel Melia Sarrià 5* de Barcelona, desde las 11.00h. hasta las 19.00h. Para que lo tengáis claro, voy a daros 10 razones de peso por las que no os podéis perder este evento para novios si estáis organizando vuestra boda perfecta:

1. Se trata de un evento muy personal, sin los agobios de las grandes ferias, que también son interesantes para los novios, pero que al ser tan amplias y haber tantos expositores a veces nos podemos perder un poco. 

2. Tendréis acceso a 20 expositores de diferentes ámbitos del mundo nupcial (fotografía, vestidos de novia, tocados, pastelería, regalos para invitados, alianzas...) con lo que en una tarde o mañana podréis salir con varios aspectos de la boda solucionados.

3. Mi Boda Rocks Experience es el único showroom a nivel nacional en el que vais a encontrar una exhibición de mesas de banquete de bodas decoradas por wedding planners & designers. Os puedo asegurar, yo que he asistido cada año y lo he visto, que es una oportunidad buenísima para coger ideas en temas de deco para vuestra boda. Cada mesa está decorada con una temática y luego podréis votar la que más os haya gustado.

4. Se hace un domingo, así que si tenéis que trabajar el sábado o tenéis otros planes, no os lo perderéis. 

5. Es un plan perfecto para pasar el domingo con tu pareja (también podéis ir con vuestros padres) y luego aprovechar para ir a comer o merendar, porque estaréis en una zona llena de bares, restaurantes y cafeterías chulísimas.

6. Algunas de las empresas participantes son: Otaduy (moda nupcial), Sweetmama (pastelería), Donini (accesorios), Staring (alianzas), Let´s Get Married (fotografía), Helena Molinos (fotografía), Al Cuadrado (vídeo), Samis Barcelona (bailarinas), Monkeys Underwear (figuritas boda), Fun Photos (fotomatón), Secretos de Alcoba (tocados), Secrets Vintage (decoración), Servilleta de Papel (diseño gráfico), Tina Planner (diseño gráfico), La Boda Studio (WP), WIZ Style (WP), Mi Gran Noche (WP), Tand'm (WP), entre otras.

7. También es el showroom que más talleres gratuitos ofrece a los novios. Podréis asistir a un taller de decoración, otro sobre tips de organización para vuestra boda y otro en el que vais a poder intercambiar impresiones y consejos con otra novia. Os tengo que decir que los talleres en principio ya están completos pero os recomiendo que, si queréis asistir, lo pidáis en la entrada y seguro que si hay alguna baja podréis ir.

8. Y aquí una de las razones más interesantes. Cada expositor sortea uno de sus productos/servicios entre todos los novios que presenten su carnet sellado en todos los stands, con lo que, atención, os puede tocar un súper regalazo para vuestra boda. La participación en el sorteo es individual, así que si vais en pareja, tendréis doble posibilidad de ganar un premio. Visitad www.blogmiboda.es y www.mibodarocks.com porque ahí vais a tener el listado de premios.

9. Otra de las razones de peso es que la entrada es gratuita, no tenéis que pagar nada. Sólo necesitáis solicitarla haciendo click aquí

10. Yo voy a estar allí. Y la pongo la última porque no es la razón más importante :-) Pero bueno, que sepáis que yo voy a ser esa novia que va a dar un taller (a las 12.30h.) y en el que os voy a hablar de mi experiencia en mi boda y en otras, lo que me ha gustado y lo que no, lo que creo que es importante tener en cuenta (voy a ser muy crítica en algunos aspectos) y voy a desmontar algunos topicazos y mitos en relación a las bodas. Vais a poder preguntarme lo que queráis y yo, os voy a intentar resolver vuestras dudas desde mi experiencia. Me encantará veros allí.

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Es nuestro aniversario. Sorteo lote amoroso de Mr. Wonderful

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El 7 es mi número favorito. Lo cierto es que hasta hace poco, no había sido así, De hecho, cuando me casé, no escogí un día 7 por nada, Fue 7 porque el destino, en el que tanto creo, lo quiso así. Y ahora lo sé. En otro momento os hablaré más de lo mucho que creo en el 7, en unos meses ;-)

Aunque no son 7, sino 5 los año que hace del día de nuestra boda (son 13 los que llevamos juntos). Y tengo muy buenos recuerdos de mi boda, y también de los preparativos. Mi amiga Sonia de Mi Boda Rocks me preguntaba en una entrevista que me ha hecho para su canal de Youtube y que pronto veréis, qué consejos les daría a las novias que están preparando su boda. Yo no soy el tótem supremo de las bodas y no me atrevería nunca a dar ningún consejo, la verdad. Pero desde mi experiencia, mi respuesta fue que les diría 3 cosas. 1. Que disfruten de todo, no sólo del día de la boda, sino de todos los meses de preparativos. Una boda no es una tortura. 2. Que no se dejen influenciar por todo lo que ven en las redes sociales. Una boda no es una competición para ver quién lleva más vestidos de diseñador, lo hace en el lugar más espectacular, tiene más barras de sushi, de mojitos, de chuches, de hamburguesas, de donuts... No, en serio, no necesitáis todo lo que veis en las redes sociales. La red está para inspirar, para tomar ideas. No para que os coja un trauma si fulanita o menganita tiene en su boda más cosas que vosotras. 3. Vuestra boda es vuestra y de nadie más. Invitad a quién queráis, vestid como queráis, sentaos como queráis... y prohibido leer esos posts de "cosas que no se hacen en una boda". ¿En serio? ¿pero quién escribe eso?

También le contaba a Sonia que cuando yo me casé no tenía un blog de bodas, ni un Instagram en el que ver las bodas de las demás... Mi blog tiene 4 años así que, por suerte o por desgracia, yo no consumí blogs de bodas ni tampoco estaba expuesta a mil fotos de Instagram cada día y mil vídeos de IG Stories o Snaptchat. Yo organicé una boda sin ninguna pretensión, con mi precioso vestido de novia de 195 euros, sin barra de churros con chocolate ni bata de novia hecha a medida. Mi boda no salió en el Vogue. Y os prometo que mi matrimonio es totalmente legal y que vivo feliz y tranquila desde entonces. Mi amiga y compañera de trabajo Rosa que se casó años después que yo y que sí que vivió este proceso del boom de redes sociales, me contaba un día que, por muy fuerte que seas, cuando eres novia te vuelves vulnerable y crees que necesitas todo lo que ves en la red. También creo que algunas se pasan con tanta retransmisión; de verdad, no hace falta.

En fin, es la era del big brother y yo, que además me dedico a ello, no seré quien lo critique, pero va para todas esas novias que acuden a mi angustiadas porque en su boda no tienen o no pueden tener lo que ven en las de otras, Y esto no es ser débil de personalidad. Es lo que dice mi amiga Rosa. La entendí perfectamente, Es ser una novia emocionada e ilusionada que se vuelve vulnerable. De verdad, hacedme caso. Inspiración, sí; sentiros mal y agobiadas, no.

Nadie dijo que fuera fácil. Pero tampoco dijo nadie que fuera difícil. Las relaciones humanas, no sólo las de pareja, son complicadas. Y aquí viene otra vez mi alusión a las RRSS. Mi matrimonio, de cinco años, como mi vida en pareja, de 13 años, no es fácil. Pero eso no lo veis en mi Instagram. La vida es mucho más bonita allí. Pero yo lloro, sufro, tengo problemas, lo paso mal... aunque eso no se ve. Cuidado. Porque puede parecer que alguien tiene una vida idílica y perfecta y no es así, Os diré incluso que hay quién prepara una situación para la foto de Instagram y "venderlo" más bonito. Ni por un momento penséis que vuestro matrimonio o relación no es perfecta porque no hacéis el brunch en un lugar cuqui todos los domingos. Escuché a alguien decir una vez "si tienes que estar luchando siempre por ello, es que no vale la pena". No estoy de acuerdo, Yo lucho cada día por mi matrimonio y lo voy a seguir haciendo; porque, no es fácil no, pero tampoco tan difícil, si uno quiere. Mi marido es de Marte y yo soy de Venus; pero la luna que miramos cada noche es la misma :-)

Estos son mis consejos; o mejor dicho, mis experiencias, todo desde mi punto de vista personal, de lo que yo he vivido y vivo cada día y de lo que me he encontrado por el camino. Yo soy periodista, no asesora de pareja :-) Tomad de lo que os digo lo que os interese.

Dejando a un lado esta reflexión que hoy me apetecía hacer, es mi aniversario y quiero celebrarlo con vosotros, novios, novias, amigas, seguidores... y una vez más, se unen a mi celebración los amigos bonitos de Mr. Wonderful. Hoy vamos a sortear un lote amoroso chulísimo que hemos seleccionado para vosotros, formado por 5 productos con mucho amor y que son:

1. Libro de las historias tuyas y mías y de nadie más.


2. Álbum - Tú y yo y todo lo bonito que nos ha pasado.


3. Hucha para hacer realidad todos nuestros planes.


4. Set de 2 llaveros de caucho "Tostada y mermelada".


5. Vela - Te volvería a decir que sí un millón de veces más.


Para ganar todos estos regalos sólo tenéis que seguir unos sencillos pasos:

  • Seguir a MyWeddingLab en Facebook.


  • Seguir a Mr. Wonderful en Facebook.


  • Compartir el sorteo en tu Facebook mediante la imagen de la página de Facebook de MyWeddingLab.
  • También podéis seguirnos en Instagram @myweddinglab @mrwonderful_ y compartir el sorteo con el hashtag #Sorteo5AniversarioMWL (perfil público). Si participáis en ambas tendréis doble oportunidad de ganar.
  • Rellenar los datos (sólo una vez, por favor) y enviar el formulario de debajo. Lo hago así para que no tengáis que dejar vuestro email públicamente. *Mediante el envío de este formulario acepto la cesión de mis datos a MyWeddingLab para el sorteo.

Se comprobarán todos los pasos y se descartarán las participaciones que no cumplan todos los puntos. El sorteo estará activo desde hoy hasta el 23 de octubre a las 23.59h. Y el día 24 conoceremos al ganador o ganadora. ¡Mucha suerte!

***Sorry, this giveaway is only for people living in Spain***
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Mis 20 planes favoritos en mi segunda vez en Nueva York

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Cada vez que me voy de una ciudad que visito tengo la misma sensación. Por un lado, estoy feliz por esos días llenos de nuevas vivencias, pero por otro, desde la ventana del taxi, del tren o del autobús, me despido y le digo adiós con cierta tristeza, porque sé que seguramente ya no volveré más. O sí, claro, nunca se sabe, quizás algún día, por algún motivo, el destino vuelve a llevarme allí; pero, en principio, por voluntad propia, no será así. Y el motivo o es otro que que el mundo es muy grande y me quedan todavía muchas chinchetas que poner en mi mapa.

Pero eso no fue así en Nueva York. La primera vez que pisé mi ciudad favorita del mundo y cogí ese taxi al aeropuerto de regreso, iba feliz, porque sabía que tarde o temprano volvería allí, a la ciudad de mis sueños, la ciudad que ya me había enamorado aún sin haber estado, la ciudad donde te duele el cuello de mirar hacia arriba, la ciudad donde los sueños se hacen realidad.

Fue un mes de junio de hace 8 años. Mi marido y yo estábamos emocionados y expectantes al pensar que por fin, íbamos a ver con nuestros propios ojos todos nuestros escenarios favoritos de las películas que más nos gustan. Nos íbamos a Nueva York. Lo cierto es que no empezó muy bien la cosa, y esto supongo que cuando viajas mucho es de lo más normal. A nosotros nos han pasado mil anécdotas que me darían para un libro (prometo un post con mis mejores momentos de aeropuertos). Ese día tuvimos que volver con las maletas a casa, sí, pero, menos la muerte, en esta vida todo tiene solución. Es un muy buen consejo que os doy, en serio, keep kalm y respirad hondo. Seguro que se soluciona. Y así fue, y dos días después poníamos rumbo a la ciudad que nunca duerme.

Fue incluso mucho mejor, muchísimo. Nos enamoramos más aún de la Gran Manzana. Hicimos todo lo que hacen los turistas cuando viajan por primera vez a Nueva York. Existen muchísimos blogs en los que vais a encontrar tips y recomendaciones, qué hacer y qué ver, la primera vez que se viaja a Nueva York. Yo quiero contaros lo que nosotros hicimos en nuestra segunda vez en Nueva York.

Fue el año pasado, en otoño. Como os decía, tenía muy claro que no hacía falta decirle "hasta siempre' a la ciudad. Y mi sensación fue exáctamente la misma, como si fuera la primera vez. Además, era otoño y me moría de ganas de ver qué me ofrecía la ciudad en otra estación diferente que la de la primera vez. También tengo anécdota de aeropuerto, cómo no. Os lo contaré, os lo prometo.

Hay algo que comprobé en esta segunda vez y es que, nuestro nivel de relajación se activó considerablemente. Es decir, Nueva York es tan bestia, y hay tanto que hacer y que ver que la gente suele agobiarse porque quiere ver y hacer las ochenta mil cosas que han leído en blogs, en revistas, que les han recomendado... Nosotros hicimos todo eso que habréis leído u os habrán dicho: subimos al Empire State, al Top of the Rock del Rockefeller Center, cogimos el ferry de Staten Island para pasar por delante de la Estatua de la Libertad, fuimos a ver un musical comprando los tickets con descuento en las taquillas de Times Square, paseamos por Central Park, fuimos a ver una misa góspel a Harlem el domingo... Os aseguro que nos dejamos un montón de cosas pendientes. Nunca te acabas Nueva York.

Esta segunda vez nos tomamos la ciudad con más calma. Y fue maravillosos. La temperatura, pese a ser noviembre, era ideal, y, aunque mi sueño era vivir el ambiente navideño en la ciudad, no pudo ser por un par de semanas, pero algo de ello sí que pudimos disfrutar. Hoy quiero contaros mis 20 planes favoritos que hicimos en la ciudad de mis sueños mi segunda vez.

1. Ver un partido de la NBA.


Ya sabéis que no me gustan los deportes de "pelotas" y que para mi desgracia, estoy casada con un periodista deportivo. A veces, supongo que os pasará, en cualquier relación, ya sea de pareja, familiar, amistad..., una tiene que hacer concesiones. Mi marido se moría por ver un partido de la NBA en directo, en el Madison Square Garden (4 Pennsylvania Plaza, New York). La primera vez que fuimos a Nueva York era verano y la liga de baloncesto estaba parada. Se quedó con las ganas. Pero la segunda vez sí había liga y fue uno de nuestros planes en a ciudad. 

Fuimos a ver un partido de baloncesto, los Knicks (el equipo local de NY en el que entonces jugaba el español José Calderón) contra los Charlotte Hornets (los avispones de Charlotte, desde New Orleans). Pues bien, os tengo que decir que disfruté como una niña pequeña; no por el baloncesto en sí, sino con el súper espectáculo a lo americano total: proyecciones, cheerleaders, kiss cam, batallas de baile con el público en los tiempos muertos, concurso de air guitar, cantantes entonando el himno americano... puro espectáculo. Compramos los tickets en la página oficial (cuidado con las entradas baratísimas y con los reventas). Nuestras localidades estaban bastante arriba pero muy bien ubicadas, y se veía todo perfectamente. Creo que nos costaron unos 60 dólares. Repetiré, no os digo más.

2. Cenar en The River Café.


Creo que, sin duda, es uno de los lugares más románticos en los que he cenado. Mítico e híper nombrado por blogs, prensa, revistas, viajeros... como lugar que no te puedes perder en Nueva York. Yo añadiría, "si tienes dinero, claro". Este precioso restaurante de lujo se encuentra justo debajo del Puente de Brooklyn (One Water Street, Brooklyn, New York), con unas cristaleras desde las que podréis cenar a la luz de las velas con unas maravillosas vistas al skyline de Manhattan. De sueño. Mi marido quiso sorprenderme por nuestro aniversario de boda y me llevó a cenar una noche. Tenéis que reservar con antelación (hacedlo desde la web) porque está siempre lleno y pedid una mesa al lado de los ventanales; decid que celebráis algo especial, una pedida de mano, un aniversario, un cumpleaños, un viaje de novios (este es mi súper consejito del día ;-)).

Muy importante; existe un dress code, no tanto para las damas, a las que se les marca una vestimenta formal, pero sí para los hombres, para los que es obligatorio el uso de americana (no de corbata), así que tuvimos que meter una en la maleta sólo para esa noche.

No os voy a mentir; no es barato, no. Pero a veces, las cosas tienen el valor que tu les quieras dar. Tenéis que ahorrar un poquito, pero una vez en la vida, es una vez en la vida. Y os aseguro que vale la pena. La comida está buenísima, el servicio exquisito, os tratarán con mil atenciones y las vistas son increíbles. Hay que ir, aunque sea una vez. También podéis ir a tomar una copa por la tarde; más económico.

3. Comerme una hamburguesa en el Burguer Joint.


Como os decía, seguramente, la primera vez que vayáis a Nueva York os bombardearán con todo lo que tenéis que hacer, visitar, comer... La primera vez no pudo ser, pero la segunda no quisimos dejar pasar la oportunidad de comernos una de las mejores hamburguesas de Nueva York.

El Burguer Joint es un antro, un sitio súper pequeño que se encuentra dentro del hotel de cinco estrellas Le Parker Meridien (119 W 56th St, New York). En su lobby encontraréis una especie de cortinaje con una cinta con peanas. Lo veréis claro porque seguramente veréis una cola de gente esperando. Recuerdo entrar y ponernos detrás de la última persona. Fuimos avanzando por un pasillo oscuro hasta que llegamos y aluciné. Realmente no es un lugar en el que sentarse dos horas a comer. Comes y te vas. Tuve mis serias dudas en encontrar un hueco en el que sentarnos pero, como a medida que avanza la cola la gente va saliendo, conseguimos dos taburetes en una barra. Nos pedimos unas hamburguesas que nos sirvieron en papel de carnicería, unas patatas y dos cervezas. Os juro que nos supo a gloria. Súper rica y bien de precio.

4. Ir al Museo de Historia Natural.


Reconozco que no soy mucho de ir a museos. La primera vez en la Gran Manzana no fuimos a ninguno. Pero esta segunda vez estábamos alojados justo detrás del Museo de Historia Natural (Central Park West & 79th St, New York). Sí, el escenario de la película Noche en el Museo. Teníamos que ir. Supongo que ya habréis leído u os habrán dicho que podéis ahorraros la entrada si entráis por la parte de abajo, por el planetario; allí os pedirán un donativo y podéis dar lo que consideréis. Nosotros dimos un par de dólares. Era ya tarde y sólo pudimos estar una hora antes del cierre, pero vale mucho la pena ver los impresionantes esqueletos de dinosaurios y las maquetas a tamaño natural de mamuts, leones, jirafas... alucinaréis.

5. Comerme un cupcake en Magnolia Bakery.


Tenía ganas de probar los cupcakes de Magnolia Bakery (401 Bleecker Street and W. 11th Street, New York), pese a que había oído que no era para tanto, pero la primera vez no lo hice y no quería pasar una segunda por la ciudad sin entrar en este lugar, que conocí gracias a Sex & The City. Al principio sólo había una Magnolia Bakery en Manhattan pero ahora hay más y ya no es necesario hacer súper colas para comernos un riquísimo cupcake. ¿Mi valoración? Hay que comerse uno; no es barato, pero, en mi opinión, hay que hacerlo.

6. Hacer un recorrido con un voluntario de Nueva York.


Cuando visitamos Nueva York por primera vez nos recorrimos todos los barrios, por nuestra cuenta. Esta segunda vez descubrimos que existe en la ciudad un servicio de voluntarios, Big Apple Greeter, son jubilados, estudiantes... que, a cambio de la voluntad, se ofrecen a enseñarte cualquier rincón de la ciudad de Nueva York.

Nos apetecía recorrerla con alguien que nos contara su historia y sus curiosidades y así lo hicimos. Tenéis que reservarlo por la web, elegir recorrido y os buscarán a alguien en el idioma que queráis. Nosotros hicimos un precioso recorrido partiendo desde Wall Street, pasando por la Zona 0 (lloré otra vez) que no habíamos visto terminada (la primera vez sólo habían dos agujeros enormes) y acabando en el Soho. Muy recomendable. Volveremos a utilizar este servicio seguro.

7. Ver el espectáculo navideño de 'Las Rockettes' en el Radio City Music Hall.


Sí, también os dirán que no podéis ir a Nueva York y no ir a ver un musical. Es cierto. Nosotros vimos Mery Poppins, la primera vez, y fue algo mágico. Las que me seguís de hace tiempo sabéis que me encantan las artes escénicas y que me hubiera gustado dedicarme al teatro musical. Esta segunda vez teníamos en mente repetir, por supuesto, pero algo se cruzó en el camino.

La verdad es que yo soy cero navideña. A ver, no soy el Grinch, pero, y también las antiguas lo sabéis, perdí a mi padre hace más de 20 años, un mes antes de Navidad. Así que desde entonces no me apasiona esta época del año. Pero la vivo, a mi manera, y hay cosas que sí me gustan. Los adornos, las luces, la magia... Me hubiera encantado vivir Nueva York en su auge navideño pero no pudo ser. La Navidad comenzaría un par de semanas después, aunque ya empezaba a notarse.

Al pasar por el Radio City Music Hall (1260 6th Ave, New York) vimos que esa semana empezaba el espectáculo de Navidad de Las Rockettes, las emblemáticas bailarinas. No lo pensamos; entramos y compramos entradas, allí mismo en el teatro (podéis encontrar descuentillos o 2 X 1 por la red o establecimientos). Brutal, os lo tengo que recomendar muchísimo, no sólo para niños; y ya como os encante la Navidad, vais a salir de allí con la boca abierta. Pura magia, no os cuento más. Tenéis que vivirlo, si tenéis la oportunidad. El Christmas Spectacular está en cartel desde mediados de noviembre hasta la primera semana de enero. ¡No os lo podéis perder!

8. Comerme el mejor taco de Nueva York en The Corner.


Otro de los lugares mega recomendados en la red. Es cierto. En The Corner (106 Kenmare Street, New York) os podéis comer los tacos más ricos de todo Nueva York, y baratos. Lo encontraréis al final del Soho y, al igual que el Burguer Joint, no es un lugar para estar horas. Fuera tenéis mesas pero si hace frío y tenéis que estar dentro, sabed que sólo encontraréis una barra con taburetes. Cruzad los dedos para encontrar sitio y... ¡disfrutad!

9. Pasear por las antiguas vías del tren en Chelsea Market y High Line.


Me encantó pasar una mañana aquí. Es un lugar alucinante. El High Line y el Chelsea Market (75 9th Ave, New York) es una zona perfecta para pasear y comer en algún sitio chulísimo. Son las antiguas vías del tren. Os encontraréis con músicos regalando preciosas melodías, fotógrafos y modelos haciendo shootings... Muy interesante.

10. Comerme una hamburguesa en Shake Shak.


Recuerdo que a nuestra vuelta, la primera vez, todo el mundo me preguntaba si no habíamos ido al Shake Shack. ¡Pues no! Pero para eso están las segundas veces. Esta cadena de comida rápida (ver aquí localizaciones) os cautivará con sus ricas hamburguesas y sus patatas fritas en forma de zig zag. Riquísimo todo, Es como un MacDonald's pero, bajo mi punto de vista, mucho más rico y de mayor calidad. Súper bueno.

11. Ir a ver un programa de televisión en directo.


¿Se pueden hacer cosas gratis en Nueva York? Sí, más de las que nos pensamos. Mi marido y yo somos periodistas y nos apetecía muchísimo ver en directo un programa de televisión. Supongo que a muchos no les hará nada de ilusión, pero a nosotros nos encantó la experiencia.

Reservamos las entradas aquí (tenéis que hacerlo con antelación o os quedaréis sin). Fuimos a ver The Daily Show, con Trevor Noah, un late night en el que se comenta la actualidad en clave de sátira y humor. Fuimos hasta los estudios, hicimos cola con nuestros tickets, nos aceptaron (tenéis que llevar pasaporte), nos convocaron al cabo de dos horas, fuimos a comer, volvimos y ya nos fueron ubicando. Nos sentaron en primera fila justo en frente del presentador, Os confieso que me costó un poco seguir el programa; mucha broma en inglés que no acabé de pillar, pero nos lo pasamos genial.

12. Patinar sobre hielo en las pistas al aire libre de Bryant Park y Rockeffeller Plaza.


Aquí tengo que decir que fui incapaz de convencer a mi marido de que patináramos juntos en la pista de hielo del Rockeffeller Plaza (45 Rockefeller Plaza, New York) o la del Bryant Park. Y no quise hacerlo sola así que me quedé mirando. Pero a la próxima no me lo pierdo, Patinar al aire libre, viendo el Empire State... ¡Súper recomendable! Las pistas funcionan de octubre a enero.

13. Ir de outlets a New Jersey

Nueva York es sinónimo de muchas cosas, pero también de shopping. También os dirán que dejéis huequito en la maleta para traeros ropa chula y bien de precio. En la ciudad podéis comprar barato y marcas en algunos outles repartidos por la city, pero si queréis un buen shopping, si podéis dedicarle un día a ir de compras, os recomiendo cruzar el río Hudson hasta New Jersey para ir al Jersey Gardens (651 Kapkowski Rd, Elizabeth, New Jersey), tres plantas de tiendas como GAP, Visctoria's Secret, Abercrombie... también tenéis restaurantes para hacer una paradita y comer o tomar un café y continuar a la caza de chollos.

Son unos 45 minutos en bus desde la Estación de Autobuses Port Authority (625 8th Ave, New York) y el billete cuesta unos 12 dólares. Mi marido y yo pasamos allí un día y compramos bastantes cosas, buenas, bonitas y baratísimas. Además, a la entrada, si lleváis el pasaporte, os darán un librito de cupones con los que os harán más descuentos todavía. Muy a tener en cuenta si disponéis de muchos días en NY y podéis dedicar uno a entrar y rebuscar en las tiendas.

14. Pasear en otoño por Central Park.


Pienso que puedo afirmar que en ninguna otra época del año está más bonito Central Park que en otoño. El pulmón de Nueva York se pinta de ocres, amarillos, marrones, anaranjados... Es una preciosidad y una maravilla para la vista.

Cada vez que vamos a Nueva York mi marido se levanta temprano para ir a correr por este enormísimo parque (yo lo tengo pendiente todavía). Podéis pasear, alquilar una bici y recorrerlo, montar en un carruaje, hacer un picnic en la hierba (si no hace demasiado frío), descubrir cada rincón; a cada paso os vais a encontrar con alguna sorpresa, pero, si tenéis la oportunidad, no os perdáis este lugar en otoño. Enamora, os lo aseguro.

15. Ir gratis al MOMA.
Los viernes a partir de las 16.00h. podréis entrar gratis al Museo de Arte Moderno de Nueva York. Decidimos probar, pese a que habíamos leído que las colas eran tremendas. Pues... ¡sorpresa!, nada de colas. Pasamos un par de horas allí. Para mí, lo mejor, la planta dedicada al impresionismo y post impresionismo.

16. Comer el domingo en Sylvia's.


Seguro que en la agenda de vuestro viaje a Nueva York está marcada la visita a Harlem el domingo para escuchar una misa góspel. Es algo totalmente recomendable y nosotros lo hicimos la primera vez y repetimos la segunda. Pero esta vez, al terminar, fuimos a comer a un lugar al que le tenía muchas ganas, a Sylvia's, un sitio muy auténtico, en el que veréis a muchos locales comiendo, con música góspel en directo y con una comida abundante y riquísima. ¿El precio? Ni caro ni barato, normal, pero tenéis que ir y probar la famosísima y patentada salsa de la dueña :-) Salimos rodando.

17. Tomarme una copa con vistazas en algún rooftop.

Desde hace unos años está de moda en Nueva York tomarse una copa en terrazas o azoteas de hoteles, con las mejores vistas de la ciudad. No lo hicimos la primera vez pero sí la segunda. Fuimos a dos, al del Empire Hotel (44 W 63rd St, New York) con una terraza acristalada preciosa, con chimenea, dj, y cócteles buenísimos, y otra exterior (en otoño os darán mantas); y al del Kimberly Hotel (145 E 50th St, New York), donde mi marido y yo nos tomamos una cervezas riquísimas y picamos algo con unas vistazas impresionantes al edificio Chysler. Súper bonito. El tema económico, pues bueno, un poco, más de lo mismo. una copa os costará 12 dólares y una cerveza 7, pero vale la pena.

18. Comerme un pretzel y/o perrito caliente en un puesto callejero.


Me quedé con mil ganas la primera vez y la segunda cayó. Qué rico. Cada dos pasos os encontraréis con los típicos carritos de comida, con pizza, hot dog y... ¡pretzels! Los podéis pedir dulces o slados, y son una especie de pan calentito con esta forma tan característica. Muy bueno. Y también me atreví con un perrito caliente, bueno fueron dos jajaja, con su ketchup y su cebollita crujiente. ¡Ñam!

19. Ir a la HBO Store.

Si sois serieadictos tenéis que visitar esta tienda, justo al lado de Bryant Park (1100 Avenue of the Americas, 42nd and 6th Avenue, Nueva York), muy céntrica, en la que vais a encontrar todo tipo de gadgets y merchandising de vuestras series favoritas. Es carita, eso sí; pero suelen tener ofertas muchas veces de algunos productos.

20. Ver los adornos navideños de la ciudad.


Pues sí, ya os lo he dicho antes, yo no soy muy navideña pero me encantó pasear por la ciudad y verla llena de luces, de abetos, de escaparates decorados... Y allí, como todo, es a lo grande. La explosión Navideña tiene lugar después del Thanksgiving Day, a finales de noviembre, así que si podéis viajar a partir de esa fecha podréis vivir la Navidad neoyorquina. Os recomiendo los puestecitos que montan en Bryant Park en los que vais a poder comprar adornos chulísimos para el árbol.

Y ahora, pensaréis que con dos veces ya nos conoceremos perfectamente Nueva York y habremos visto y hecho de todo lo que se puede ver y hacer en la Gran Manzana. ¡Error! Nunca te acabas a Nueva York. Nos quedan un montón de sitios que descubrir, pero... estoy súper emocionada porque pronto voy a poder ampliar esta lista. Y es que dentro de tres semanas... ¡volvemos a Nueva York!
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Una novia sencilla de rosa y labios rojos

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“Mis novias no quieren ir de novia”. Estas son las palabras de Sara García, la diseñadora de la marca Impúribus. Lo tiene claro. Y a mi me parece estupendo que alguien decida un día hacer un tipo de moda nupcial que se salga de lo convencional, que aunque no vaya a tener una distribución masiva, no le importe y se preocupe por esas novias, porque haberlas, haylas, que quieren vestir diferente el día de su boda.

La novia que acude Impúribus, no   busca   un   vestido tradicional ni exagerado, sino que ansía un diseño sencillo que a la vez sea  original. Atemporalidad, minimalismo,  diferenciación...  Valores  que  se  hacen  realidad  a  través de líneas depuradas, creatividad, tejidos clásicos de la más alta calidad y  la  atención  por  los  detalles.

Esta novia con vestido rosa de la marca me ha enamorado. Es un vestido muy sencillo pero muy especial, con manga tres cuartos con botones y un escote precioso en pico en la espalda. El peinado, con esta trenza desenfadada, lo encuentro maravilloso, con ese semitocado tocado, y los zapatos dorados de pulsera muy indicados. Y por si fuera poco, el ramo silvestre, que creo que le va perfecto al conjunto. El maquillaje es marcado, y eso me gusta, con un ahumado en los ojos y, arriesgando, unos labios rojos. Me gusta. No entiendo eso de "si llevas pintados los ojos no te pintes los labios". ¿Por qué? A mi me gusta un ojo marcado y un labio que resalte, a la vez, todo. Y más si un vestido es sencillo. Como este, sencillo pero especial. ¿Os gusta? A mi sí. Se ha notado, ¿no? ;-)

*Créditos:
Fotografía - Emotion & Motion
Vestido - Impúribus
Maquillaje - Gemma García
Tocados - Rebull Design
Zapatos - Just Ene
Ramo de flores - Flores en el Columpio
Modelo - María Camago
Localización - Finca El molino amarillo
Asistente de vestuario - Cristina Sánchez 

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Halloween #TreatwellParty en Maison Infinity

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No sé si soy o no mucho de Halloween. Lo que sí soy es de disfrutar y de pasar un buen rato, con la excusa que sea, así que todo lo que sea eso, me apunto la primera. Estos días ando con mil temas, con mucho trabajo, preparando nuestro viaje a Nueva York, preparando mi viaje a París... Estoy encantada, obviamente, pero también estoy algo saturada porque veo que pasan los días y no consigo hacer todas las cosas que quisiera, ¿os suena? Sin embargo, soy incapaz de dejar pasar un buen plan, así que el lunes, víspera de Halloween, me pasé por el salón de belleza en Barcelona Maison Infinity Hair para vivir una auténtica beauty party especial Halloween de la mano de Treatwell.

Estoy súper enganchada a esta web de reservas de belleza, porque de una manera muy fácil y cómoda puedo buscar y reservar los tratamientos beauty que necesito. Me gusta mucho el sistema de búsqueda por proximidad o por código postal, porque así puedo encontrar salones o espacios cerca de donde más me interese: mi casa, la oficina, donde un día en concreto tengo una reunión... También puedo buscar por el servicio que quiero: tratamientos para el cabello, manicura, masajes, limpiezas faciales, pedicuras, extensiones de pestañas... y puedo reservar hora yo misma, sin hacer llamadas, sólo con mi ordenador o desde mi teléfono con su app y con la disponibilidad de mi agenda. Escojo el día y la hora pago y listo. Ya no me tengo que preocupar de nada más.

Otra de las cosas que me encanta de esta web es que desde que la utilizo he podido conocer centros de belleza que me encantan. Me gustan esos lugares bonitos, glamurosos, con encanto, en los que te sientes y te tratan como a una diva. Exactamente así es Maison Infinity Hair, un salón precioso en pleno centro de Barcelona, con techos altos, marquesinas y suelos hidráulicos. El espacio es absolutamente acogedor, con grandes espejos, arreglos florales, butacones de reina... y un baño con jacuzzi (os lo prometo) con el que todavía estoy soñando.

No podía Treatwell haber escogido un escenario mejor para una súper fiesta de Halloween, con cake pops de calabaza y cup cakes de fantasmita, riquísimos; galletas con diferentes motivos terroríficos; ricos zumos de fruta; un DJ y buena música... y manicuras y peinados. Me costó mucho decidirme, pero al final opté por una manicura semipermanente en negro con un nail art con una calavera. Mirad la paleta de opciones. Aluciné. Al final pensé que mi elección era más intemporal y, aunque haya pasado este día, puedo seguir luciéndola, ya que queda muy rockera. ¿Os gusta? ¿Sois de nail art? A mi me encanta; creo que las uñas quedan súper divertidas y con mucha personalidad. Para mi peinado opté por una trenza de raíz, de lado, que ya sabéis que me encantan. Fue una tarde de lo más agradable. Gracias Treatwell y Maison Infinity Hair por una velada terroríficamente divertida y deliciosa. Y vosotras, ¿cuál fue vuestro plan de Halloween? Fotografía de Nacho Juárez.

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Relax en pareja en Aire de Vallromanes #beaire

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Uno de los planes románticos en pareja que más me apetece siempre son aquellos que implican relax. Cuanto más tiempo pasa, más se acrecienta esa sensación. Os decía el otro día que estoy algo cansada y que los últimos meses del año van a a ser intensos, y aunque no puedo quejar en absoluto, unas pequeñas inyecciones de calma y bienestar me ayudan a reponer fuerzas y continuar.

Hace unos días mi marido y yo pasamos una mañana de amor y mimos en el recién estrenado Aire de Vallromanes, un spa de lujo perteneciente al grupo Aire Ancient Bath, que cuenta con spas en Sevilla, Barcelona, Almería, Vallromanes, Nueva York, y pronto en Chicago y París.

El concepto de spa de este lugar, de todos los del grupo, es totalmente diferente a cualquiera de los que haya estado. Se trata de un auténtico templo de relajación, calma y serenidad, inspirado en los antiguos baños griegos y romanos, con espacios en los que descansar cuerpo y mente aprovechando las milenarias tradiciones del agua y los contrastes de temperatura como elemento relajante y de salud.

El centro, construido en una antigua masía de 1947, se encuentra a unos 25 km de Barcelona, en un paraje idílico rodeado de naturaleza, cerca del Parque Natural de La Serralada, donde hace tiempo se encontraba un asentamiento romano. Además el complejo complementa la experiencia de bienestar global con un restaurante de comida orgánica y un hotel ecológico, el Hotel Mas Salagros.

Una de las cosas que más valoro de este lugar es que tienes allí todo lo necesario. Es decir, me agobia mucho ir a un spa con la maleta, como si te fueras dos días de viaje, cargando con toalla, chanclas, champús, cremas, secador... En este spa y los del resto del grupo sólo necesitas llevarte el bañador (aunque si por casualidad te lo olvidas, disponen de bañadores nuevos para darte sin coste añadido alguno), porque todo lo demás lo tienes allí. En el precioso vestuario encontrarás dentro de tu taquilla un albornoz, una toalla, un peine y las zapatillas antideslizantes para las piscinas. A la hora de la ducha, tienes a tu disposición chapú, body milk, espuma de pelo, desmaquillante, bastoncitos de oídos y, para mí algo súper importante, secadores potentes y profesionales para secar completamente mi melena.

Mi marido y yo disfrutamos de un completo, masaje relajante espectacular, desde los pies hasta la cabeza; nos relajamos en sus salas de descanso tomándonos una copa de cava y unas trufas heladas y también un rico té moruno con menta. Y pudimos también experimentar su circuito de aguas termales con las piscinas de agua fría, agua caliente, baños de burbujas, hammam, sauna y un baño de sal en el que flotamos como si estuviéramos en el mismo Mar Muerto. También disponen de una piscina climatizada exterior en la que es una delicia relajarse con vistas al bosque.

Sin duda es uno de mis planes románticos favoritos en pareja, y también un regalo perfecto para novios y no novios. Os lo recomiendo.

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10 razones para hacer tu lista de bodas con BodaMás de El Corte Inglés

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Siempre cuento que tengo amigas a las que si les preguntas si se volverían a casar, su respuesta es un rotundo no way. Pienso en lo feliz que fui yo preparando mi boda y me dan mucha lástima, porque sé que para ellas fue un auténtico suplicio que no querrían volver a repetir nunca jamás. No es nada malo pedir ayuda, más todavía si eso nos va a ayudar a estar más felices, más contentas y más de buen humor preparando nuestro gran día. Y, lo más importante, que cuando nos hagan esa pregunta de, '¿te volverías a casar?', la respuesta sea un sí. De verdad, hay muchas opciones para hacernos la organización de la boda mucho más fácil.

Desde BodaMás, la plataforma web de El Corte Inglés para llevar a cabo todo lo relativo a la boda, vais a poder organizar vuestro gran día de una forma fácil y con un montón de ventajas. Hoy os quiero dar 10 razones para utilizar este servicio:
  1. Es completamente gratuito y muy sencillo de utilizar. Sólo hay que registrarse y así acceder a un montón de inspiración y consejos, artículos e ideas.
  2. Vais a tener a vuestra disposición un amplio y completo directorio de servicios con las mejores empresas para organizar una boda.
  3. Contaréis con un organizador de boda con agenda, gestor de presupuesto y lista de invitados, y un espacio específico de viajes de todo tipo para encontrar vuestra luna de miel perfecta.
  4. Y lo más importante, podréis abrir y gestionar vuestra lista de boda, con muchos beneficios para los novios.
  5. Tenéis hasta un 10% de descuento en muchas de las compras que realicéis en todo lo relacionado con la boda, desde 6 meses antes del gran día, hasta 12 después.
  6. Os van a regalar el asesoramiento de un personal shopper para 4 personas.
  7. Hasta un 20% de descuento con Viajes El Corte Inglés a la hora de escoger vuestro viaje de novios.
  8. Se trata de una lista de bodas ficticia y modificable, por lo que de entre todos los regalos que os hagan vuestros invitados, vais a poder transferir a vuestra cuenta hasta el 50% del dinero. 
  9. Podréis consultar los regalos y transferir el dinero en cualquier momento y de forma fácil desde la web.
  10. Para abrir la lista de bodas sólo tenéis que acercaos a uno de los espacios BodaMás o Atención al Cliente de los centros ECI distribuidos por toda España, con la seguridad y confianza de El Corte Inglés. Y si tenéis cualquier duda, podéis llamar al teléfono 900. 373. 111 o enviar un email a novios@bodamas.com. 

Podéis consultar más ventajas y condiciones en BodaMás.
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Sensualité, by L'Arca

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Siempre cuento que, cuando empecé con esto del blog, L'Arca fue una de las primeras marcas nupciales que descubrí, Recuerdo aquella mañana que entré en la tienda, en una de las callejuelas del centro de mi ciudad, unas calles con historia, con mucha historia; y allí, medio escondido, descubrí un lugar maravilloso, lleno de encajes, mantillas, camisones, tiaras, brazaletes de brillantes... y fue allí donde conocí a Nina y Carmina, dos hermanas con una pasión por todo lo vintage. ¿Sabéis que parte del vestuario de la película Titanic salió de allí? ¿Y que Titanic ganó un Óscar al mejor vestuario?

Fue mágico probarme preciosos vestidos y complementos y sentirme como si yo también estuviera dentro de una película. Todavía me acuerdo de aquel vestido de novia con cuerpo de encaje y falda de plumas, que me puse con una chistera blanca. ¡Era espectacular! Os dejo aquel post aquí.

El año pasado presentaron 'Belle Allure', una colección inspirada en el romanticismo francés de la belle époque. Os la enseñé aquí. Y para el 2017 llega 'Sensualité', la nueva colección de novias de L’Arca que rinde homenaje a la sensualidad de la mujer mediterránea. A la sensualidad que desprende la apacible vida en el campo. A la sensualidad entendida como un legado que se transmite de madres a hijas. Y también a la sensualidad que esconden los antiguos ajuares. De ahí los sutiles juegos de transparencias, los delicados tirantes de encaje o los sugerentes volantes inspirados en las enaguas.

Un vestido de novia de L’Arca siempre respira arte en la costura: está hecho a medida, es personalizable y se confecciona en exclusiva en su atelier de Barcelona. Georgette, crepe y satén son los tejidos estrella de esta nueva colección; un viaje a las raíces mediterráneas en la que no faltan los bordados artesanales y la aplicación de encajes antiguos tanto en los vestidos como en los dos piezas, la gran apuesta para esta temporada.

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Créditos
Fotografía: @díasdevinoyrosas
Vestidos y pendientes: @larcabarcelona
Tocados y sombreros: @jordinabravo
Localización: @lavellana
Zapatos: @ballpages
Muah: @sararigola
Decoración y video: @_slowl
Modelo: @sarakoene de @blowmodels

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Rose Desire, un sueño de invierno en rosa

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Ya no sé cuántas veces lo he dicho. Ojalá vivir muchas vidas para casarme (siempre con el mismo, ¡claro!). Me encantaría ser una novia de invierno, y casarme con un precioso vestido con mangas, un abrigo, unos guantes... creo que podría perfectamente casarme de nuevo, tal cual, con cualquiera de estas dos propuestas que os enseño hoy.

Los vestidos de novia de Dánae Tobajas Couture han sido todo un descubrimiento. No sabría con cuál quedarme; son dos estilos diferentes pero preciosos. Tengo que decir que si tuviera que empezar por uno, creo que lo haría con el de encaje, volante y plumeti.

Y ya lo que me enamora es la preciosa capa de terciopelo rosa, ¿no es divina? Yo que soy tan pink, creo que sin duda sería uno de mis complementos indispensables en una novia de invierno.

También me gusta el toque del velo rosa, aunque yo no soy muy de velo, pero, en otra vida... ¿por qué no? Quién sabe, igual en otra vida sí lo soy. Así que me lo apunto ;-) Los tocados, de Nicté Tocados, también me parecen maravillosos. Para todas las que no os hayáis casado todavía, os invito a echar un visazo a esta preciosa editorial de LalaBlu Wedding Planner, 'Rose Desire', y a coger algunas ideas. Porque el deseo, es más fuerte si se desea en rosa.

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Créditos
Fotografía: Jairo Crena
Vídeo: Bodamovie
Lencería: Diseño2 Lencería
Vestidos Novia: Dánae Tobajas Couture
Makeup & Hairstyle: Bajobé MakeUp Studio
Tocados: Nicté Tocados
Zapatos: Salo Madrid
Deco floral: Arbolande
Localización: Finca Soto de Gracia
Modelo: Kesia Llaca
Producción: LalaBlu Wedding Planner

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París, je t'aime #Efluent5

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Todavía recuerdo la primera vez que pisé París. Fue hace 8 años. Como en otros destinos, estábamos emocionados por visitar por primera vez la ciudad del amor. Fue exactamente por estas fechas, en el puente de diciembre, y fue maravilloso conocer un París con frío, navideño y absolutamente mágico. Hicimos todo lo que hacen las parejas enamoradas en París: pasear por el Sena, subir a lo alto del arco de Triunfo y contemplar París, recorrer Montmartre, contar las gárgolas de Notre Dame, besarnos bajo la Torre Eiffel, visitar el Louvre, cenar en Le Train Bleu (os lo recomiendo muchísimo), comer unos ricos macarons de Ladurée, caminar por el paseo de los Campos Elíseos curioseando en las paraditas navideñas y comiéndonos ricas manzanas cubiertas de caramelo... fue maravilloso.

Hace tres semanas volví a la ciudad de la luz, junto a un grupo de bloggers de toda Europa, en un evento llamado 'Le Spot Des E-Fluent', de la mano de Mayane Group, editor de la revista Parole de Mamans, y en especial gracias a Sophie Gervais, por todo su cariño y sus atenciones.

Fueron tres días muy especiales, en los que pude volver a disfrutar de París y sus rincones encantadores; conocí a gente muy interesante y me reí muchísimo; pero muchísimo, de esa forma en la que luego te duele la tripa. Últimamente me pasa mucho, en comidas o cenas, acabo con un dolor de tripa de tanto reírme; hasta llorar de risa. Me llevo muy buenos recuerdos de este viaje y muchos momentazos, con gente maravillosa. Ya lo visteis en mis redes sociales; viajé con mi compañera y amiga María José de Blogmodabebe, con quién comparto vivencias y aventuras sobre el mundo de la moda y las tendencias en Trends&Fashion y también nos acompaño nuestras súper fotógrafa, Agus Albiol, de quién son estas preciosas fotos. En este post os quiero contar 10 cosas que no os podéis perder en París, las que yo hice en mi segunda vez en esta fantástica ciudad.

1. Alojarte en un hotel cuco y céntrico.
El Saint James Albany es un precioso hotel con aire francés situado justo delante de los preciosos jardines de las Tullerías, súper céntrico, a dos pasos del Louvre y la Plaza de la Concordia, en una zona llena de tiendas, bares y restaurantes. Las habitaciones son amplias, bonitas, cómodas y con vistas y, además, tiene un spa.

2. Cenar navegando por el Sena.
Una experiencia súper recomendable. Nuestra primera noche la pasamos cenando en un precioso barco por el Sena y deleitándonos con unas vistas de lujo de la Torre Eiffel iluminada. Para la ocasión escogí un vestido corto de manga francesa y abertura en el escote, con hombreras, muy ochentero, en color azul klein, que combiné con un cinturón joya dorado y unos pendientes de fantasía. Todo de Rental Mode. Y con unos botines negros de antelina de Menbur. Mi peinado, una preciosa trenza de trenzas múltiples y make up fueron obra de EIC Paris (la Escuela Internacional de Peluquería) y el equipo de maquillaje de Janet Doman, a los que pusieron a nuestra disposición para la cena.

3. Comprar chocolates en Maison Georges Larnicol.
No perdáis la oportunidad de entrar en cualquiera de estas boutiques del chocolate que hay repartidas por París y comprar algunos dulces. Yo por poco no salgo. Los chocolates, de mil variedades y composiciones estaban deliciosos. Y también los macarons. Os lo recomiendo.

4. Hacerse fotos desde Trocadero.
No se puede ir a París y no hacerse una foto/selfie con la Torre Eiffel. Mi consejo es que lo hagáis desde la plaza de Trocadero, ya que las vistas son mucho mejores que desde los pies de la Torre. Sí hay mucho turista pero os aseguro que con un poco de pacienda y podréis haceros una buena foto con la Torre Eiffel detrás y sin que se vea a nadie más, auque para ello igual os tenéis que subir a alguna altura :-) Es un lugar emocionante, en el que suceden cosas emocionantes, como una pedida de mano, como la que vi en vivo y en directo. ¡Qué emoción!

5. Montar en el Tiovivo a los pies de la Torre Eiffel.
Pues sí, quizás es algo muy de niños pero yo no quise dejar pasar la oportunidad de subirme en este carrusel tan vintage. Hasta coincidí con unos novios haciéndose su reportaje de fotos. ¿No es súper especial?

6. Pasear por los jardines de las Tullerías.
Seguro que si viviéramos en París, sería uno de nuestros lugares favoritos al que mi marido iría a hacer running y yo a pasear con Kira.

7. Recorrer el Louvre por fuera.
¿Quién no conoce las famosas pirámides del Louvre? A mi me encantan y, si no entráis al museo, no podéis dejar de pasear por sus alrededores y haceros fotitos allí :-)

8. Subir hasta el Sacre Coeur,
Yo ya sabéis (y si no os enteráis ahora) que no soy religiosa pero tanto Sacre Coeur como Notre Dame son dos templos imprescindibles en París. Esta vez no llegué al segundo, pero las vistas desde el primero son espectaculares. Tenéis que subir hasta allí.

9. Pasear por Montmartre.
Una de mis zonas favoritas de la capital de Francia. Contempla desde la zona de los antiguos cabarets hasta los alrededores del Sacre Coeur o Sagrado Corazón. Es el barrio, para mí, más especial de París, el más bohemio, el de los pintores. Por allí hay montones de cafeterías bonitas y restaurantes con encanto.

10. Visitar Le Carreau Du Temple.
Me encantó. Se trata de un antiguo mercado de ropa, renovado desde hace dos años, y que acoge numerosos eventos deportivos, artísticos, culturales, musicales, desfiles de moda... y se encuentra en el emblemático barrio del Haut-Marais. Me recordó al antiguo Mercat del Born, en Barcelona, que también fue un antiguo mercado y que ahora es el escenario de, como en el caso anterior, muchas citas culturales.

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Have Yourself A Merry Little Christmas

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Miércoles. Faltan pocos minutos para las 19h. y tres días para Noche Buena. Llego, como cada año por estas fechas, a la escuela de baile de mi amiga Vanesa, Baila Tu Boda, después de pasar por chapa y pintura en Jean Louis David Casanova, con un resfriado que arrastro desde hace 3 semanas y un vestido de lentejuelas en una bolsa. En la puerta algunos padres esperan. Me abre Vanesa y entro, desplegando como si fuera mi casa por toda la mesa mis bártulos de Mary Poppins. A lo lejos oigo a cantar a Shakira y Maluma su Chantaje y, de repente, la voz de Ici, 'no me gusta, estáis dormidas'. A mí sí me gusta Ici. La veo de año en año, sólo por Navidad, pero me gusta. La he visto crecer en los últimos 4 años.

Levanto la vista y veo un precioso poblado de casitas nevadas navideñas en las colinas del Polo Norte (¿habrá colinas en el Polo Norte?). Las ha hecho Vanesa con sus manitas y me pregunto: '¿pero cuándo y cómo hace estas cosas?'. Saco el móvil y me dispongo a seguir trabajando un rato (lo que tiene ser freelance) pero no lo consigo; no me concentro porque a cada segundo algo atrae mi atención. Por el rabillo del ojo veo a Vanesa pasando la mopa, y a los dos segundos la encuentro trasteando con una escalera y varios collares de bolas doradas. Cambio de clase. Niñas que salen, niñas que entran. Me miran. Supongo que les extraña verme allí. '¡Feliz Navidad, adiós, Felices Fiestas!'.

Ahora oigo Thriller y sonrío porque veo pasos de baile que me resultan conocidos (yo también fui un zombie bailarín). Se vuelve a abrir la puerta y entonces entra una abuelita; pregunta por Vanesa pero Vanesa está dando clase. 'Niñas, seguid que ahora vengo'. Y oigo sonido de besos y una bolsa de la que salen bombones. 'Un detallito navideño, para vosotras'. Llaman a la puerta, otra vez. 'Sonia, porfa, abre'. Es Jacob. Me gusta Jacob, me río mucho con él. Me gusta la gente que me hace reír. Viene con Ernesto (www.ernesto67.com), que es un poco Mary Poppins también. Ya he desistido del móvil. 'Mañana será otro día', me digo. Hace frío.

La puerta se abre de nuevo, y van entrando las chicas de Vanesa. A algunas las conozco, otras es nuestra primera vez. La última clase termina y la escuela se va quedando vacía. Sólo estamos nosotros. Las chicas van poniéndose sus vestidos de fiesta y se pintan los labios. Ha llegado el momento de jugar. De jugar a hacer magia. Me pongo mis lentejuelas y mis zapatos de Doroty y empezamos a crear. Ojalá pudierais ver lo que hacemos, porque alucinaríais de como hacemos magia, de como Vanesa y el resto hacen magia.

Adoro esta canción de Hugh Martin y Ralph Blane, y que apareció por primera vez en boca de Judy Garland en el precioso musical Sucedió en St. Louis; ¿lo habéis visto alguna vez? Estáis tardando. Una pequeña Feliz Navidad. Porque la Navidad no es grande, con el árbol más grande, la mesa más decorada, el mayor número de personas, los regalos más caros... la Navidad es lo que os he contado unos párrafos más arriba. Una humilde escuela de baile y lo que allí dentro ocurre es Navidad. Y el resto se lo ha inventado El Corte Inglés. En serio.

Quiero desearos eso mismo, que tengáis una pequeña Feliz Navidad; cada uno a su manera, con sus circunstancias, con sus alegrías, con sus problemas, con lo que haya... 'y si el destino te lo permite, cuelga una estrella brillante sobre la rama más alta'. Hoy os regalo mi voz, mi humilde voz a pelo, sin estudio, sin moduladores, sin autotune y Vanesa os regala un poquito de polvo de estrellas de renos de Santa, que, en mi mundo de fantasía, llevan zapatitos de tacón y vestidos de flecos. Esperamos que os guste.

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*Creditos
Voz: Sonia Martínez, MyWeddingLab
Bailarinas: Ainoha, Laia, Eva, Elsa, Lorena, Melani, Laura, Iciar, Carolina, Marta y Noelia.
Foto fija: Ernesto Aradilla.
MUAH Sonia: Jean Louis David Casanova
Idea, realización y montaje: Vanesa Flores, Baila Tu Boda.

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Todo al 7, Feliz Año Afortunado

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El 7 es mi número de la suerte. Y aunque yo siempre digo, como Álex Rovira en su libro, que "tú eres tu buena suerte", también creo firmemente que algo mágico, alguna fuerza cósmica nos favorece en la vida.

No siempre fue así; no siempre tuve un número de la suerte. No es que fuera otro; es que no creía en un número que me trajera suerte. Hasta hace unos meses. Porque el 7, empezó a aparecer en mi vida de una manera tan fuerte, y tan decisiva, que no puedo dejar de obviar que este número me ampara. Tanto es así que, una de mis intenciones en este nuevo año, es hacerme algunos tatuajes y uno va a ser, sin duda, este número.

Si lo pensamos, el 7 es un número mágico, y muy presente. Siete son las maravillas del mundo; siete eran los enanitos de Blancanieves; siete son los días de la semana y los siete días que, según las Sagradas Escrituras, Dios tardó en culminar la creación (en realidad fueron sies y al séptimo descansó); siete son las notas musicales y siete los colores del arco iris; Y tampoco olvidemos los siete mares, los siete samurais y los siete pecados capitales . También eran siete las vidas del gato, las plagas de Egipto, los siete magníficos... ah! y los siete años que Brad Pitt pasó en el Tibet ;-)

En la Biblia el 7 es un número perfecto y, aunque yo no soy creyente, sí que soy, como os decía, muy de las fuerzas cósmicas y de la alineación de los planetas. Hace algunos meses me di cuenta de que, ahora mismo, el 7 está muy presente en mi vida. Me casé un día 7, sin pretenderlo; tengo 37 años; mi ahijada acaba de cumplir 7 años; hace 7 años que mi perrita Kira, que también tiene 7, está en mi vida; un día del pasado 2016 desapareció una de mis grandes pesadillas, uno de mis grandes males y, casualmente, fue un día 7. Y ya, lo último, es que, en mi viaje a Londres hace un par de semanas, de camino al aeropuerto en el coche, levanté la vista un segundo (iba trabajando con mi móvil) y giré la cabeza a la izquierda y, allí, el portal de una casa en letras grandes SEVEN. ¿Os lo podéis creer? Así que no sabéis lo expectante que estoy por ver qué me depara este 2017. Sé que algo grande va a pasar en el año del 7, Y bueno, ¿qué pasará el 07/07/2017? Os juro que estoy con una curiosidad... :-)

Este año no habían regalos en mi árbol la mañana de Navidad; ni tampoco la de Reyes. Y no es que yo me haya portado mal. Pero realmente no necesito nada, nada material; y yo a Papá Noel y a los Reyes Magos les pido otras cosas. Pero no me las traen el mismo 25 de diciembre o el 6 de enero. A veces, Papá Noel o los Reyes Magos vienen el 5 de marzo, o el 15 de junio, o el 28 de octubre. El año pasado les pedí algunas cosas y, algunas me las trajeron; otras no. Pero también entiendo que no puede ser todo. Pero lo será, seguro que en algún momento lo será. Ahora, lo que me trajeron fue genial, más que mil regalos bajo el árbol.

También sé que hay a quién el 2016 no le trajo cosas buenas :-( ¿Conocéis la teoría de los equilibrios? Esa que dice que para que el mundo funcione no todos pueden ser ricos, ni todos pobres; ni todos altos, ni todos bajos; ni todos felices, ni todos infelices. Es decir, que para que a unos les pasen cosas buenas, a otros les tienen que pasar cosas no tan buenas. Esto es así y no podemos hacer nada. Pero, también os digo que la balanza se va inclinando de lado y que aquellos a los que les pasan cosas malas, en algún momento, les van a pasar cosas muy buenas. ¿Cuándo? Eso no os lo puedo decir. Sólo os digo que tengáis paciencia y que no tiréis la toalla. Os prometo que llegará. Porque lo sé y porque ya lo he visto antes.

A ver; antes os he mentido un poco, porque sí que hubieron regalos esta Navidad; Los que me conocéis ya de algunos años, sabéis que no soy muy navideña, porque perdí a mi padre un mes antes de Navidad cuando tenía 15 años. Pero también sabéis que la vivo a mi manera. Así que no hubieron regalos materiales pero hubieron otras cosas: besos, chocolatinas, post-its con mensajes, una escapada a Londres, sesiones beauty con amigas... para mí la Navidad es otra cosa, aunque por supuesto, respeto a quién la vive de otra manera.

Ya sabéis que cada Navidad mi marido, Kira y yo pasamos por el estudio de Gala, 274km, a jugar y a querernos, y, aunque ya os las he ido enseñando estos días y ya se han terminado las imágenes de árboles decorados, calcetines, lucecitas, renos y regalitos, no quería dejar de mostraros todas las fotografías que nos hicimos este año, entre mimos y cariñitos. Son geniales, como Gala. Tenéis que ir a verla y a dejaros inmortalizar por su talento. Os lo vais a pasar súper bien.

Mi 2016 ha sido un gran año. Me lo he pasado tan bien. También lo he pasado mal en algunos momentos (lo de los equilibrios que os decía) pero presiento que este 2017 va a ser muy especial. Así que este nuevo año me lo voy a jugar todo al 7. Sé que va a ser mi año más suertudo.

¡Feliz Año Afortunado!

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5 restaurantes imprescindibles en Barcelona

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Uno de mis planes favoritos en mi tiempo libre es descubrir nuevos bares, restaurantes, cafeterías... en los que comer, tomar una copa o un café con un trozo de tarta pero, además, hacerlo de una forma totalmente experiencial. Ya sabéis que me gusta comer y que, aunque no siempre fue así, ahora disfruto muchísimo probando nuevos platos y degustando nuevos y/o tradicionales sabores. De hecho, siempre que viajo me hago una lista de restaurantes que me gustaría conocer, porque, como os decía, es uno de mis grandes hobbies, mío y también de mi marido.

Hace unas semanas, gracias al CosmetikTrip6, un evento de belleza y lifestyle que puede compartir con otras bloggers, youtubers e instagramers del país, organizado por el blog Cosmetik, conocí algunos restaurantes de mi ciudad, Barcelona, y me encantaron. A continuación os digo cuáles son y por qué os los recomiendo. Estos son ya 5 de mis restaurantes imprescindibles en Barcelona.

1. La Barra Tapas Bar
Lo del tapeo es algo sin lo que creo que ya no podría vivir. Me encanta picar algo rico con una copita de vino o una cervecita y mejor aún aún si es en un lugar bonito y chic, como La Barra Tapas Bar. La deco de este local me cautivó y todavía más lo hizo su completa carta de tapas, platillos y platos. Tiene también una terracita fuera así que es ideal para los que tenemos peluditos :-) Probé cositas deliciosas como pintxos de roast beaf con rúcula y mostaza; de mozzarela, champiñones, ibérico y trufa o de foie fresco con Pedro Ximénez. También probé algunas de sus ensaladas de espinacas y pera o de queso de cabra con vinagreta y algunas tapas como tataki de atún, láminas de alcachofas fritas o tierno de berenjenas con queso fresco. Y los postres... deliciosos, cheescake, tiramisú, chocolate con pan y aceite y flan. Ah! y para acabar no dejéis de echar un vistazo a su carta de cócteles. Súper recomendable. Calle Comte d'Urgell, 240.


2. Upper Lounge Bar
En la planta baja del Hotel Upper Diagonal, un precioso hotel boutique situado en la zona alta de Barcelona, se encuentra el Upper Lounge Bar, un restaurante moderno y acogedor con una propuesta de cocina mediterránea y japonesa en un ambiente tranquilo y cosmopolita, donde te encontrarás súper a gusto tanto si vas en pareja a una cita romántica como con amigos para celebrar cualquier ocasión especial, Podréis compartir platos deliciosos y tapas y también escoger entre una amplia y variada carta de vinos. Los cócteles también son de elección obligada. Tenéis que probar su sushi, sashimi y nigiris y sus ensaladas variadas y riquísimas. Passeig Manuel Girona, 7-21.


3. El Nacional
Este es sin duda uno de mis restaurantes favoritos y uno de los más en auge ahora mismo en Barcelona. Se encuentra en pleno centro de la ciudad y es un espacio es maravilloso. Entrar allí es como entrar en otra dimensión. Esta última vez lo visité unas semanas antes de Navidad y ya veis en las fotos que la decoración del lugar no puede ser más mágica y más ideal. Lo que me encanta de este lugar es que tienes todas las opciones que puedas imaginas: tomar un café; tomar una cervecita y unos encurtidos; tomar un rico cóctel; comer carne; pescado o tapear; degustar unas ostras con una copa de champagne; comer un rico bocadillo rápido o saborear una buena copa de vino. No dejéis de ir al baño y retocaros en los espejos más fotografiados de todo Instagram. Su tocador os hará sentir divas de los más glamurosos cabarets parisinos. No os lo podéis perder. Una auténtica experiencia gastronómica. Passeig de Gràcia, 24 Bis.


4. Ornina Tasting Cultures
Dicen que cuando Paris Hilton visita Barcelona suele cenar en este restaurante situado en la zona alta de la Diagonal de Barcelona. El restaurante Ornina Tasting Cultures se inspira en la fusión de culturas, ofreciendo una cocina innovadora que mantiene una clara filosofía gastronómica de mercado. Cuenta con una decoración de inspiración arábiga de diseño con ambiente cálido y acogedor y en su carta podemos encontrar ricos platos con productos de temporada. También tiene una zona lounge, terraza y music clubdonde saborear cócteles y relajarse. Es un lugar ideal para celebrar un evento con amigos (cumpleaños, aniversarios, cenas de empresa...). Buenísimo su hummus, el carpaccio de lacón con crujiente de manzana y su arroz meloso de setas con parmesano. Muy recomendable. Avda Diagonal, 593 Interior.


5. Torre De Alta Mar
Uno de los restaurantes que sin duda escogería para una cena romántica sería este, por su comida, pero, sobretodo, por sus espectaculares vistas de Barcelona. Es un 360º, es decir, que las vistas son desde todos los ángulos. Os aseguro que son impresionantes. Mi consejo es que podáis ver atardecer mientras coméis. Os encantará. El restaurante La Torre De Alta Mar se encuentra en lo alto de la torre del Teleférico del Port Vell , diseñado por Carles Buigas y construido en 1929, con motivo de la Exposición Universal de Barcelona. Allí vais a encontrar buenísimos platos de autor, mezcla de la cocina catalana y la mediterránea, con una carta especializada, sobre todo, en pescados y verduras del huerto, todo con productos de primerísima calidad. Os encantará. Passeig Joan de Borbó 88.

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Así fue el #CosmetikTrip6

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Hace un par de meses pude disfrutar de 3 días maravillosos en mi ciudad, Barcelona, junto a otras bloggers, youtubers e instagramers de toda España gracias al #CosmetikTrip6, un evento de belleza, gastronomía y estilo de vida organizado por el blog Cosmetik. Esta fue la sexta edición y tuve el honor de ser una de las bloggers elegidas para participar en el evento. Pudisteis ya ver mucho durante aquellos días en mis redes sociales (con el hashtag #CosmetikTrip6) pero os voy a contar un poco más detenidamente en qué consistió y todas las novedades que pude conocer durante esos días. Nos alojamos en el precioso Hotel Miramar, un súper hotel de lujo con vistas maravillosas de Barcelona, que os recomiendo muchísimo para quedaros si venís de visita a la ciudad, y gracia a Lipault París pudimos llevar todo lo necesario para esos tres día en sus bolsos y maletas. Son preciosos, echad un vistazo a su web.

Empezamos el trip en El Corte Inglés de Plaza Cataluña, en el stand de Clarisonic, donde conocimos y probamos el MiaFit, un cepillo limpiador facial del que había oído hablar maravillas y pude por fin verificarlas todas. Es buenísmo y con un uso muy sencillo. Se puede utilizar hasta debajo de la ducha. Por la tarde tuvimos una interesantísima clase de belleza de la mano de Sensai, que nos presentó su tratamiento para la limpieza y cuidado facial Saho; y con la piel ya limpia y preparada nos fuimos a una genial masterclass de maquillaje gracias a Bobbi Brown, donde conocimos y probamos sus últimas novedades, como su última colección inspirada en el vino y en el chocolate.

El segundo día empezó de la mejor manera posible, disfrutando de las aguas y los tratamientos de Aire Barcelona, un spa de lujo, que cuenta con espacios en diferentes ciudades del mundo (yo conozco el de Nueva York y el de Vallromanes que os conté aquí). Allí pasamos una mañana de mimos, relax y cuidados, disfrutando de uno de sus últimos tratamientos, un baño de vino, que os tengo que recomendar, sobre todo, en pareja. No dejéis de contemplar esta opción de cara a San Valentín, o cuando sea, cualquier día es bueno para deleitarse con un buen vino, uvas, quesos, masajes craneales con aceites, masajes corporales y aguas termales. Me gustó tanto que hace unos días ya visteis que volví con mi marido para vivir esta experiencia con él. Tenéis que ir. Y después del relax absoluto pasamos una tarde divertidísima en una de las suites del hotel con una genial fiesta de pijamas gracias a Women's Secret y The Body Shop, quién nos presentó sus nuevas mascarillas. Buenísimas.

La última jornada del CosmetikTrip la pasamos en las instalaciones de Montibello, conociendo sus novedades en cabello (Decode) y piel (Arude). Veréis en las fotos cómo me rizaron el pelo solamente con uno de los productos de esta gama y el secador. Aluciné. También nos presentaron las novedades de Termix, su cepillo plano eléctrico y plancha de pelo con tecnología iónica y sistema de infrarrojos para alisar y dar brillo al cabello de una manera fácil y rápida. Y también pudimos conocer las ampollas de concentrado de ácido hialurónico Massmed de Massada y las vitaminas de los laboratorios Arkopharma.

Durante esos días también pudimos conocer algunos de los restaurantes más de moda de la ciudad como La Barra Tapas Bar, Upper Lounge Bar, El Nacional, Ornina y Torre de Alta Mar. Os hablé de todos más detenidamente aquí. El transporte corrió a cargo de BusPlus, que nos llevó de un lado a otro de la forma más cómoda y segura.

Os invito a ver el vídeo para haceros una idea mucho más exacta de lo que fue el evento. Tengo que deciros que, a parte del gran privilegio de conocer en primicia las últimas novedades en belleza, gastronomía y lifestyle de marcas y restaurantes top, me lo pasé genial con las compañeras y me reí muchísimo. Yo soy de reírme mucho, ya lo sabéis, pero esos tres días os aseguro que acababa cada jornada con dolor de tripa de tanto reírme, tanto que hasta lloraba de risa. Muchas gracias a la organización por contar conmigo y espero poder formar parte de próximas ediciones. Espero que os haya gustado y hayáis tomado buena nota de mis recomendaciones. 

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5 regalos para él en San Valentín

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Le decimos '¡Hola!' a Febrero y con este mes es inevitable, aunque no queramos, no pensar en San Valentín. Dentro de dos semanas todo se llenará de rojo y de corazones, como si no nos acordáramos del amor durante el resto del año; pero yo os tengo que confesar que a mi me gusta celebrar, da igual el motivo, así que, aunque yo el amor lo tengo muy presente en todo momento, sí que me gusta hacer algo especial el 14 de febrero. Y por qué no, tener un detalle bonito con la persona que quieres.

No es necesario gastar mucho dinero. Podemos regalar algo sencillo, envolverlo de alguna manera con mimo y dejarlo, por ejemplo, sobre su almohada. Gracias a mi amiga Sara, he descubierto un web dedicada a los chicos, en la que encontrar un montón de regalitos para ellos. Muchas veces pensamos en que es mucho más fácil hacerle un regalo a una chica, porque parece que se nos vienen a la mente más opciones. En Trendhim tenéis un montón de ideas para cuando regalar a un chico se os presente complicado y no se os ocurran ideas. Aquí tenéis de todo: relojes, bolsos, gafas de sol, joyas, carteras... hoy os quiero recomendar cinco regalos de San Valentín para chicos.

1. Una pajarita.
Me parece un complemento de lo más divertido. Las pajaritas se han puesto de moda desde hace un par o tres de años. Creo que le da un toque muy chulo a un look de chico y hace que se vuelva más desenfadado. Me gusta con camisa pero también en plan súper informal, con una camiseta. Mis preferidas... ¡las de terciopelo!

2. Unos pendientes.
Nunca entendí eso de que las mujeres pudiéramos llevar pendientes y fuera algo extraño en los hombres. La verdad es que, aunque hoy en día es mucho más habitual, todavía sigue siendo un complemento con lo que no todos los chicos se atreven. A mí me gusta, algo discreto, como un brillantito o un arito. Si vuestro chico es de los que sí usa este complemento, puede ser un regalo perfecto para San Valentín.

3. Un pañuelo.
Mi abuelo siempre llevaba un pañuelo en la solapa y es una de las tendencias en moda masculina que más me gusta últimamente. Le da al outfit un toque muy chic y muy curioso. Me gusta en looks con jeans y americana y lo podemos poner en el bolsillo con los picos perfectos o más desenfadado.

4. Un collar.
A mi marido le encantan los collares de cuero, tipo cordón, sólo o con algún abalorio colgando. Sobre todo para el verano pero ahora, en invierno, los está empezando a llevar sobre los jerseys de cuello. A mi me gusta mucho cómo quedan y existen infinitas maneras y posibilidades de formas y materiales.

5. Una corbata.
Es otro de los complementos de hombre que no puede faltar en el armario. Siempre hay alguna celebración o algún dress code que lo requiere y por eso, una fecha como San Valentín es ideal para regalarle una corbata divertida o más formal a la que pueda recurrir cuando lo ocasión lo indique.

Espero que os gusten mis recomendaciones y que os sirva de inspiración, tanto para el 14 de febrero como para el resto de días de año.

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Regalos especiales para amigas de verdad

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Quién tiene un amigo... ¡es muy afortunado! Y sí, también tiene un tesoro. Hablar de AMISTAD (así en grande y en mayúscula) daría para llenar páginas y páginas del libro más grande que pudiera existir. A lo largo de los años he aprendido mucho sobre esta materia. Seguro que tenéis también mil historias para ayudarme a escribir ese libro.

Como en todas las relaciones humanas, la amistad no es fácil y hay que cultivarla cada día. Siempre he sido una persona entregada, en todos los aspectos. También en la amistad. Conmigo no hay medias tintas. Cuando odio, lo hago a muerte, y cuando amo, también. A veces, esta forma de ser mía me ha costado muchos disgustos. Pero a estas alturas de la película, sé que moriré así. Y me encanta. Me encanta ser así; me gusta jugármelo todo y, si pierdo, pues a recuperarme y a la próxima partida.

No voy a mentir. En la vida he dejado lastre por el camino. Creo que a todo el mundo nos ha pasado alguna vez. Como os decía, en una relación, sea del tipo que sea, lo doy todo. Y sé que una no puede pretender que eso venga de vuelta en las mismas dimensiones. Porque todas las personas no somos iguales; no sentimos ni actuamos igual. Siempre me han dicho que soy demasiado tonta y que por eso me pasa lo que me pasa. Pues qué le vamos a hacer. Estoy encantada de ser una tonta rematada, aunque en ocasiones me cueste unas lágrimas.

Durante todo este tiempo he aprendido que, a veces, hay que dejar marchar, y concentrar esfuerzos en aquellos que realmente merecen la pena. Y esto no es malo. Creo que es algo que tiene que ser así. Que el destino te pone a mucha personas en el camino pero solo las mejores. las auténticas, las verdaderas, las que tienen que estar, esas son las que permanecen. Así que no os sintáis mal cuando tengáis una decepción de este tipo. Sabed que es así porque tiene que ser así.

Pero eso no significa que sea fácil. Realmente en la vida nada lo es. Al final, seguro que compartís esta situación. Yo tengo amigas, amigas, amigas de verdad, que las puedo contar con los dedos de una mano. De todo hay, más fáciles y menos. Tengo amigas muy afines a mí, pero otras no tanto. Tengo amigas que piensan diferente a mi en muchos aspectos, con ideologías políticas diferentes a la mía y con ideas religiosas totalmente opuestas. Pero luego nos encontramos en el corazón. Eso es lo más importante. Una vez le pregunté a alguien muy sabio por qué perdemos amigos. Y su respuesta fue: "porque no lo eran realmente". Me pareció brillante.

Mi amiga Yolanda es mi amiga más 'viejita'. La conozco desde pequeña. Íbamos juntas al colegio, desde parvulitos, aunque no fue hasta la adolescencia cuando afianzamos nuestra amistad. Yolanda es maravillosa. Es una persona de esas que yo llamo 'fáciles'. Nunca, nunca, nunca hemos tenido ningún roce, ninguna desavenencia, nada. Es una persona extraordinaria, buena, cariñosa (también muy tímida), humilde, muy sencilla... es súper fácil ;-)

No tiene Instagram, ni Twitter, ni Facebook. Sí, habéis leído bien. Aunque no os lo creáis, todavía quedan personas ajenas a este mundo 2.0. Y os aseguro que ella es la mar de feliz. También os diré otra cosa. Mi amiga nunca se había hecho una manicura. Así que el día 5 de enero (qué lejos queda ya) me coloqué la corona de Reina Maga y le preparé una mañana de princesa, que es lo que ella se merece, por estar todos estos años a mi lado, por haber vivido todos mis malos y mis buenos momentos y por ser tan buena y tan bonita. La gente que es así se merece lo mejor y yo quería regalarle a mi amiga algo especial, más allá de algo material (que también lo hago). Sabía que le hacía ilusión ir a un salón y que le hicieran las uñas (ya veis qué poco cuesta hacer feliz a alguien). Así que lo tuve claro. A las amigas maravillosas hay que cuidarlas y demostrarles lo importantes que son,

La cité en mi casa esa mañana y reservé un servicio de chófer privado de Cabify. Ya os he hablado de este servicio en mis RRSS. Me encanta. Desde el móvil, a través de su app (que os podéis descargar en vuestro smartphone) podéis solicitar un coche en el mismo momento o reservarlo para una hora/día en concreto con todas las comodidades que os podáis imaginar. Los coches son súper elegantes y confortables; los conductores súper educados y amables; disponéis de wifi gratuito (yo lo agradezco mucho porque siempre voy trabajando en los trayectos); también agua gratuita, revistas, música a vuestro gusto, calefacción y/o aire acondicionado... y lo mejor es que la tarifa es única. Es decir, cuando solicitáis el servicio os mostrará el recorrido que vais a hacer desde el punto de partida hasta el de destino que indicáis y os dará una tarifa. Esa tarifa es invariable, independientemente de las inclemencias del tráfico, de los problemas de circulación, calles cortadas... no os cobrarán ni un euro de más. En todo momento podréis ver el recorrido que vais haciendo y cuánto os falta para llegar. Y para pagar no necesitáis dinero, lo haréis desde la propia app; directamente se os cobrará a la tarjeta de crédito que hayáis asignado en la aplicación. Todo son comodidades. Os lo recomiendo muchísimo y os dejo un código con 6 euros de regalo por si lo queréis probar ---> SONIAM277. Os encantará.

La llevé al exclusivo centro de manicura y pedicura Opi Nail Bar Barcelona, que también os recomiendo si estáis en Barcelona o venís de visita. Nos trataron como a reinas. Os diré que yo, por mi trabajo, seguramente me he sentido así muchas veces; pero ella no. Y me encantó que pudiera sentir esa sensación de mimos y cuidados. Hacerte una manicura perfecta, mientras te traen un café y galletas, masajes en las manos y unas chuches para terminar es lo más. Imaginad para alguien a quién no se lo han hecho nunca. Mi a miga estaba tan emocionada (me dijo que esa noche no había dormido :-), ¿os lo imagináis?) y en Opi Nail Bar Barcelona nos trataron tan bien que fue una mañana beauty perfecta.

Nos hicieron una impecable manicura By Opi. Yo escogí un color negro precioso con purpurina y mi amiga un bonito tono burdeos. Lo pasamos genial. Fue mi regalo de Reyes Magos para mi amiga de verdad y es algo que os recomiendo. A veces no hacen falta grandes cosas para hacer feliz a alguien. Porque como os decía, a las amigas hay que cuidarlas y hacerles ver lo importantes que son en nuestra vida. No es muy complicado; sólo hay que querer.

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Un baño de vino en Aire de Barcelona para San Valentín

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Si hay algo que realmente agradezco muchísimo son los momentos de relax y bienestar. Los necesito. Antes no era tan consciente de esta situación; me lo echaba todo a la espalda y go, go, go!. Ahora también, pero mi cuerpo hay momentos que me pide una tregua, un poco de mimo y cariño y yo he aprendido que tengo que dárselo.

Hace unos meses, gracias al trip de belleza #CosmetikTrip6 que compartí con otras bloggers, instagramers y youtubers del país, y del que ya os he hablado en el blog aquí, pude disfrutar de una de esas mañanas maravillosas, de las que apagas el móvil, y te dedicas a cerrar los ojos, relajarte y disfrutar. Fue en los baños árabes de Aire de Barcelona, sin duda uno de los luxury spa que os recomiendo muchísimo. Es un lugar increíble del que os aseguro que saldréis flotando. Podéis ir a varios de los que tienen por todo el mundo. Yo pude disfrutar de una mañana junto a mi marido en Aire de Vallromanes (os lo conté aquí) y también de una tarde en Aire Ancients Baths Nueva York. También tienen espacios en Sevilla y Almería, y próximamente inaugurarán en Chicago, París y Londres. Espero poder visitarlos todos en alguna ocasión ;-)

Sus instalaciones son increíbles, con todo lo que necesitas para los baños y tratamientos. No tienes que llevar nada, sólo el bañador porque allí te proporcionarán albornoz, toalla, zapatillas, secador, plancha de pelo, champú, acondicionador, body milk, desmaquillante, espuma para los rizos, desodorante, laca... todo. En Aire de Barcelona, además de disfrutar de sus piscinas de agua y saunas (de sal, fría y caliente, mil chorros, hammam, jacuzzi...) pude probar uno de sus últimos tratamientos: un baño de vino. Súper recomendable para regalar y compartirlo con alguien (marido, novio, amiga, mami...). Es un regalo perfecto para San Valentín.

Se trata de una inmersión completa en las propiedades antioxidantes de la uva tinta de Ribera del Duero, desarrollado en exclusiva por ESDOR (Bodegas Matarromera). Un increíble viaje de sensaciones de puro relax físico y mental que empieza con un recorrido termal por toda la estancia, tomado una copa de cava o zumos naturales con frutas y chocolates orgánicos, para pasar a un espacio íntimo y precioso, ambientado en el mundo del vino, donde disfrutamos de la degustación de una copa de tinto Matarromera acompañada de uvas, quesos, frutos secos y de un maravilloso masaje craneal (orgásmico os lo aseguro) con una mascarilla capilar ultrahidrante con propiedades nutritivas gracias a los beneficios de los polifenoles de la uva tinta de Ribera del Duero, logrando un efecto purificante y tonificante dejando la piel suave, tersa y luminosa tras el tratamiento.

Pero no acaba ahí la experiencia. El mejor final, sin duda, es un increíble masaje corporal de 45 minutos con aceite de pepita de uva de Esdor. Los polifenoles de uva tinta son unos de los antioxidantes naturales más eficaces, con numerosos estudios que avalan su aplicación en el campo cosmético y en el cuidado de la piel. Está científicamente comprobado que los polifenoles tienen una capacidad antioxidante muy elevada, superior a las vitaminas C y E. Ayudan a neutralizar los radicales libres, principales causantes del envejecimiento prematuro de la piel. Además, actúan como sustancias protectoras de los componentes de la piel, evitando la oxidación de fibras de colágeno y elastina, así como de todo aquello que se ponga en contacto con ellos.

Creo que es una de las mejores experiencias relajantes, de calma y bienestar que he probado. Ese día pude disfrutarla con mi amiga María José, y me encantó como plan de chicas; pero me gustó tanto que al cabo de unas semanas volví con mi marido para disfrutar juntos de la experiencia. Ya os digo que no será la última vez, estoy deseando volver con mi madre, que se lo merece todo, y estoy segura de que le encantará. 

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I'm sexy, and I know it

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Esto no es una editorial ni tampoco va a salir en el Vogue. No es una de esas editoriales que se hacen con ese objetivo, el de 'colocarlas' en una revista. Algo que me parece perfecto, pero no es este el caso. De hecho, nunca pensé que haría esto. Por lo menos nunca pensé que lo haría sin cobrar ;-) Nunca pensé que me llegaría a desnudar y lo publicaría en internet para que todo el mundo lo viera. Pero los años, y todas las vivencias que cargo a mis espaldas, me ha enseñado que #nuncadigasnunca.

Hoy voy a hablar de algo que me cabrea soberanamente (diría algo peor; siempre me vuelvo mal hablada y vulgar cuando algo me enfada mucho; a mi madre le da mucha rabia pero yo soy así). Y sí, podría decir lo mismo, explicar mi historia y poner una foto del banco de imágenes. Pero soy de las que piensa que cuando dices algo, cuando das consejos... tienes que predicar con el ejemplo. No puedo hacer esta reflexión sin aplicarme el cuento, sin se la primera en llevarlo a cabo.

Odio las etiquetas. No las soporto. No entiendo por qué hay que catalogar cosas que son normales como si no lo fueran. Nunca entenderé lo de 'El Día del Orgullo Gay'. Que hoy todavía miremos con prejuicio a dos hombres cogidos de la mano o a dos mujeres besándose. No hay que celebrar el día del orgullo gay ni del orgullo hetero. Lo que hay que celebrar es el estar orgullosos de ser buena persona, buena gente que hace y procura el bien a los que tiene alrededor.

Pero no os voy a hablar de condiciones sexuales hoy. Hoy os hablo de algo de lo que me encantaría no hablar, porque significaría que, de la misma manera, sería algo natural, sin importancia. Los que me conocéis, tanto personalmente como a través de las redes sociales, sabéis bien como soy. Sabéis que peso 74 kilos y que llevo una talla 42. Y sabéis que me miro al espejo y me veo fantástica, guapísima, sexy. Tengo celulitis y se nota, tengo tripita, que según el día es tripota, y no os miento si os digo que alguna vez me han dejado sentar en el transporte público. Tengo papada, brazos grandes, muslotes y culote. No tengo unas rodillas huesuditas y marcadas, ni piernas delgaditas. Mis tobillos son grandes y mi empeine es alto (tengo muchos problemas con los zapatos por ello). Y aún así, me miro al espejo y me encanto (no, no tengo abuelas desde hace muchos años). En mis rrss me veréis como cualquier otra, en bikini, en bañador, enseñando escote, con crop top, con minifalda, con escotazos, con shorts... Y sé que a mí nunca me dejaran un comentario como a otras de esos de '¡qué tipazo!' pero me importa un pito (o dos) porque ya me lo digo yo ;-)

Aún así, estoy ya muy cansada del dichoso tema de las tallas y de las gordas y las delgadas. Muy cansada y muy harta. Porque yo, ni soy gorda, ni soy una gordibuena, ni una plussize, ni una curvy. Yo soy una persona. Punto. Y más harta estoy de que la sociedad en general y algunos sectores en particular no se enteren todavía de que no somos un gueto que no tiene derecho a llevar ropa sexy sin que alguien pueda decir: ¡dónde va esa con las chichas!. Pues yo y mis chichas vamos donde nos da la real gana, como todo el mundo. Y que agradezco mucho que alguna tienda se tome la molestia de hacer una línea especial para las que no tenemos tallas pequeñas; pero, digo yo, ¿no lo pueden poner a continuación del resto del tallas en el mismo burro de ropa, en la misma tienda? Por qué tengo que ir a comprar a la sección de las gordas. 'Tú que estás delgada compras en la tienda normal, y tú que estás gorda compras en la parte de gordas'. ¿En serio?

Y que no ofende quién quiere, sino quién puede. Y a mí no me pueden ofender. Pero sí me molesta y bastante que después de tantas cosas que pasan en el mundo, me tenga que ver en situaciones tan absurdas como las que voy a contaros. Y, como os decía, yo me tengo en muy buena estima, pero sé que hay gente que no. Y seguro que alguna ya a estas alturas de el texto estará ya diciendo: 'otra que viene con el tema de las gordas, bla, bla, bla'. Pues os juro que me he dado cuenta que hay gente que lo pasa mal, muy mal, porque hoy todavía no hemos aprendido que lo preocupante en esta vida es que te detecten, a ti o a los tuyos, un cáncer o una leucemia, no que tengas una talla u otra. Ah! y esto es muy bueno, también he oído muchas veces: 'esa está gorda porque se pasa el día sentada comiendo guarradas'. Pues no; igual en algún caso será así, pero hay muchos casos en los que no.

Cuando yo tenía 20 años llevaba una talla 36 y tenía un vientre plano como una tabla de planchar. Luego la vida se encarga de cambiar eso, aunque yo no me cambiaría por la niña de 20 años con el cuerpo de niña de 20 años, ahora me veo mucho mejor.

El caso es que, como os decía, que yo me quiera tanto (parezco la irritante de la tele) no quiere decir que no me enfaden ciertas situaciones y, sobre todo, porque me he encontrado a más de una que me ha contado barbaridades al respecto y hoy, esto va por mí, pero también va por ellas, por tí, que si estás leyendo esto seguramente te vas a dar por aludida. Pues sí, esto va por ti, que eres una persona maravillosa, independientemente de lo que diga la báscula.

Hace unos meses me invitaron a un evento cuyo objetivo era probarte vestidos y hacerte fotos. Perfecto. Lo que ya no es tan divertido es cuando se han olvidado que tu no llevas una tallas 36 ni una 38, y te peinan y te maquillan y vas a buscar vestido y oh! sorpresa, para ti no hay, pero a tu alrededor hay varias niñas monísimas y delgadísimas (como yo cuando tenía 20 años) que sí tienen vestidos que ponerse, vestidos preciosos, sexys, con súper escotes en la espalda, con encaje, transparencias, bien ceñiditos. Y tu no tienes porque llevas una 42. Ah! no calla, que sí, que hay un vestido de la 42, una mesa camilla tapado de arriba a bajo, bien tapado y bien de volumen para taparte bien las carnes. ¿En serio? No me pongo yo eso ni loca porque a mí también me gusta enseñar cacha. Las de la 42 también queremos ir apretaícas y marcando culo como la Kardashian. Y me pasé el día sentada en una silla con mi amiga, que tampoco lleva una 36, ni 38, ni 40... mirando como el resto se hacía fotos con sus preciosos vestidos.

Y ya os imagináis que no fue ni será la única vez. Estoy aburrida de ir a ciertas tiendas, probarme una talla L y no entrar; o no me pasa del culo, o no me abrocha, o me subo las cremalleras sin respirar, pillándome la carne, me hago daño y cuando me miro al espejo parezco un chorizo embutido. Y entonces pregunto, '¿una XL, por favor?' Y la respuesta es 'no se hace'. ¿En serio? Y ya lo último que me faltaba, la última campaña de Zara cuyo eslogan es Love Your Curves y no salgo yo no, salen dos chicas de la talla 36. Ole tu Amancio.

Hace unos meses conocí a una chica del sector (blogs, instagram, youtube). Es una chica preciosa, muy guapa. Y tan cariñosa, es un ángel. Le conté mis historias y me dijo: 'ya, pero yo no soy como tu, Sonia, yo no puedo'. Me contó que cuando era pequeña los niños le pegaban en el colegio, porque estaba gorda. Me dijo que cuando se acaban las clases, se encerraba en el baño hasta que todos los niños se habían ido y entonces salía, para que no le pegaran. Y su madre siempre le decía: 'hija por qué siempre sales la última, siempre llegas tan tarde'. Encima se tenía que ganarse una regañina. ¡Encima! Y ya lo más de lo más, lo que me enciende, llega cuando me cuenta que le han ofrecido un trabajo por gorda; que una compañera del mundillo le ofrece una colaboración porque está gorda. ¿De qué coño vais? Os prometo que lloré cuando me volví a casa. Lloré de pena. También os digo (y seguramente alguien me diría, 'pa qué te metes') que hay muchas marcas, muy profesionales ellas y muy maduras, que declinan trabajar con según qué blogger o instagramer o youtuber porque es fea o está gorda. Os juro que sé que es cierto. Cierto y penoso. Vomito.

Esto no es para crear polémica, ni para que alguien me diga si estoy más o menos gorda que otras. Esto es para todas (y todos, aunque parece que a las chicas les afecta más) las que, como a mí, a veces se encuentran en estas situaciones y se ponen tristes. Y sí, hay que llorar por otras cosas más importantes, pero la mente no sabe separar, la mente muchas veces no entiende que hay que mandar a tomar viento a quién te hace sentir mal, porque lo que verdaderamente importa es que tu estés bien, sana, y los que más quieres también lo estén. Pero esto no es el país de Disney y las cosas no son así. A veces cuesta que esto no te afecte. Sobre todo cuando alguien no quiere trabajar contigo porque no cabes en sus vestidos.

De verdad, sé que no es fácil y que yo, por mucho cuerpo que enseñe, no voy a cambiar el sistema. Pero sólo quiero que alguien me vea y piense: 'pues oye, tiene razón, si está la mar de bien, ¿qué más da si tiene el culo grande o tiene un triple michelín en la tripa?'. De verdad quereros, quereros mucho, y poneros lo que os de la real gana. Y a la playa id con bikini, trikini,haced topless si os apetece. Que nadie os diga que no sois bonitas y especiales. Que nadie os ofenda, y menos por una cosa como esta.

Sé que desnudarse delante de alguien no es fácil para todo el mundo. Yo siempre he sido muy free en este sentido. Mis padres siempre me educaron en el tema de la desnudez como algo normal. De hecho, yo siempre digo que todos tenemos lo mismo, ¿no?. Así que espero que, a parte de ver mis defectillos, veáis más allá en estas maravillosas fotos. Y os animo a haceros fotos así; no hace falta que las publiquéis en ningún sitio, guardadlas para vosotras o para quién queráis. Pero os aseguro que es una experiencia muy divertida y os va a gustar. No tengáis miedo ni vergüenza. Vergüenza es lo que tendrían que tener algunos y algunas, y bien grande, por ser malas personas. Ellos son los feos y los pobres ni lo saben.

Esta es mi experiencia, mis vivencias, mis sentimientos y mis sensaciones. No quiero polemizar. Sólo quiero ayudar. Sé, y muchas así me lo decís, que lo hago muchas veces en mis posts. Hoy he querido ir más allá. No ha sido fácil; por muy naïf que yo sea, no es fácil desnudarse. Pero si a alguien le sirve, si ayudo a alguien, si alguien da un pequeño paso para que ciertos comentarios o situaciones no le hagan daño, me daré por satisfecha. Habrá merecido la pena. Quereros mucho.

Fotografía: 274 Km 
Hair & Make Up: Bel Blázquez Makeup Artist
Vestuario y joyería: L'Arca Barcelona
Manicura y pedicura: Buda Nails
Localización: Can Batlle.
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Mis 40 planes favoritos mi tercera vez en Nueva York

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Cuando dejé Nueva York, en mi segunda vez en la Gran Manzana, no imaginé que volvería a pisarla tan pronto. De la primera a la segunda pasaron muchos años; así que cuando en verano 2016 mi marido me dijo que tenía unos días en noviembre y que volvíamos a NY... ¡no me lo podía creer! Mi ciudad favorita me esperaba de nuevo y esta vez sólo había pasado un año. Y pensaréis: 'uff qué aburrido otra vez, si ya lo has visto todo y ya lo has hecho todo en NY'. Os equivocáis. Nunca, nunca te acabas Nueva York. De hecho, en mi segunda vez, me dejé algunas cosas por ver y hacer. Os conté mis 20 planes favoritos en Nueva York, mi segunda vez, aquí. He repetido algunos esta tercera pero os aseguro que no es para nado pesado. Y espero que pronto haya una cuarta y volveré seguramente a repetir muchos de los planes que ya os conté y que os cuento hoy, con mis 40 planes favoritos mi tercera vez en Nueva York.

Viajamos desde Barcelona a Lisboa y desde Lisboa a JFK con Tap Portugal. Los vuelos los buscamos siempre con Scayscanner, una web de comparación de vuelos que si no conocéis, tenéis que tenerla muy en cuenta porque podéis encontrar vuelos a muy buen precio; me encanta que puedas ver todos los precios de cada día, de todos los meses y coger el más barato. Hacer escala es un palo pero realmente salía mucho más barato que el vuelo directo; nos ahorrábamos casi 500 euros entre los dos así que respiré hondo y dije: 'venga, pues dos aviones'. Ya sabéis que tengo un poco de miedo a volar. Pero con mis consejos para superar el miedo a volar que os conté aquí lo llevé como pude. Los vuelos costaron unos 400 euros cada billete i/v. Como veis muy bien de precio; es lo que tiene viajar fuera de temporada. También quería deciros que ahora cuando lleguéis a JFK tendréis que pasar el control vosotros mismos, con unas máquinas electrónicas. Es muy sencillo; os van guiando para escanear el pasaporte, vuestras huellas, la retina... una vez terminado el proceso la máquina os dirá si os acepta con un tic o si no os acepta con una cruz. Si el resultado es verde ya podréis marcharos. Si es rojo, no pasa nada, sólo que deberéis pasar por los guardias de aduana y hacer otra vez el proceso

1. Utilizar Uber para desplazaros.
Soy fan de este sistema de chófer privado a través de la app del móvil. Ya sabéis que aquí suelo usar mucho Cabify, pero en NY funciona Uber y es una forma muy cómoda para desplazarse. También es muy económica si escogéis la opción de compartir trayecto. Es decir, quizás cuando el coche os recoge ya hay dos personas dentro que se bajan antes o después que vosotros. O igual estáis solos en el coche y recoge a otras dos personas más. Se comparte el coche y también la tarifa. Quizás a alguien le resulte extraño pero os aseguro que es muy normal. Nosotros cogíamos siempre coche para compartir y a veces nos pasó esto que os cuento y otras veces fuimos solos todo el trayecto. Los coches son comodísimos, limpios, los chóferes amables, educados y discretos... Os lo recomiendo para ir y volver del aeropuerto si no os apetece coger el tren o el autobús.

2. Alojarse en un hotel fuera de Manhattan.
Siempre digo que la primera vez que uno visita NY mola alojarse en Manhattan, aunque los precios son bastante desorbitados. Sí, ya sé que hay gente que encuentra chollos, pero no ha sido mi caso, ni siquiera con Airbnb. Pero si ya habéis visitado esta ciudad más veces, mi consejo es buscar alojamiento fuera de lo que es el centro. Nosotros esta vez estuvimos en el WyndhamGarden Long Island City, pasado el Puente de Queensboro. El hotel está genial, en una zona tranquila, con unas vistas nocturnas preciosas a Manhattan; os aseguro que era una gozada volver al hotel por la noche y admirar las vistas al skyline. El metro está muy cerca, para ir andando, y a pocos minutos del centro de Manhattan. Aún así, el hotel cuenta con un servicio de transfer cada 30 minutos que os llevará a las dos paradas de metro más cercanas. Nosotros andábamos todas las mañanas hasta allí y de camino parábamos en The Mill a desayunar, una cafetería pequeña y monísima, con un café buenísimo (raro en EE.UU.), zumos naturales, bagels y croissants riquísimos... La mejor manera de empezar el día.

3. Ir a la casa de Carrie y ver el edificio de Friends.
Pues sí, dos veces en Nueva York y todavía no me había pasado por la puerta de casa (en la ficción) de la protagonista de una de mis series de cabecera, Sex & The City. Obviamente Sarah Jessica Parker no vive allí (Perry Street 66), sino que la casa tiene a sus dueños que seguro que están cansaditos de que sus escaleras estén siempre llenas de turistas. Tal es así que a pie de escaleras hay una cadena que impide subir para evitar que la gente suba y toque el timbre preguntando por Carrie.
Y para los amantes de Friends, como yo, tenéis que acercaros al West Village, donde encontraréis el edificio en el que se encontraba el apartamento de Mónica, en la esquina de Bedford St. y Groove St. También lo hice en esta tercera vez.

4. Tocar el toro de Wall Street.
Era bastante de risa pero todavía no habíamos visto al famoso toro de Wall Street. DiModica creó el Toro en embestida para celebrar la determinación y el espíritu del pueblo estadounidense, especialmente los neoyorquinos, después de la crisis de la Bolsa de Valores de Wall Street en 1986. Sin embargo, los corredores de bolsa la quitaron de allí al día siguiente porque no podían soportar que un toro fuera un regalo de Navidad. No obstante, el gobierno municipal de Nueva York con mucho gusto aceptó el regalo y le encontró una ubicación permanente en Bowling Green, que se encuentra en Broadway, a poca distancia de Wall Street. Eso sí, hacerse una foto junto a él, es casi misión imposible, porque está lleno de gente siempre.

5. Pasar una mañana en la playa de Coney Island.
Coney Island es una península, antaño una isla, en el extremo sur de Brooklyn, con una gran playa sobre el océano Atlántico. Se encuentra a un ratito en metro (podéis utilizar el mismo billete) desde Manhattan y por eso nunca habíamos ido. Estaba lejos. Pero esta vez no quisimos dejar pasar la oportunidad de pasar una mañana paseando por su pier y comiéndonos un rico perrito al sol. Si vais de abril a octubre podréis disfrutar de una feria muy vintage. Yo pensaba que era la de la película Big, pero no. Nosotros fuimos en noviembre y estaba cerrada pero aún así nos encantó. Si os gusta el béisbol, los Brooklyn Cyclones tienen allí su estadio.

6. Ver el musical CATS.
Si me seguís desde hace tiempo sabéis que me hubiera gustado ser actriz y cantante, osea que el musical es mi género. Ir a Nueva York para mí es sinónimo de ir a Broadway a ver uno. Podéis adquirir entradas baratas en las taquillas de TKTS. Podéis acercaros a ver qué entradas tienen descuentos. No todas lo tienen. Hace muchos años, en el colegio, interpreté CATS (yo era Grizabella) y, aunque esta obra no estaba entre las de las taquillas de descuentos, no podía dejar pasar la oportunidad de verla, aunque tuviera que pagar más. Os tengo que confesar que lloré mucho, no porque la obra sea triste (bueno, un poco sí; mi personaje muere), sino porque a mi mente volvieron los recuerdos de hace 23 años, y me vi subida al escenario, cantando y bailando. CATS es un musical compuesto por Andrew Lloyd Webber a partir de la colección de poemas Old Possum's Book of Practical Cats, de T. S. Eliot. Su trama gira en torno a la tribu de los gatos Jélicos durante la noche en que toman "la elección jelical" y deciden cuál de ellos renacerá en una nueva existencia. Entre sus famosas canciones conoceréis el tema Memory, que se ha convertido en un estándar y ha sido versionado por múltiples artistas, entre ellos la genial Barbara Streisand.

7. Ver el espectáculo navideño de las Rockettes.
El año pasado fuimos al Radio City Music Hall a ver este maravillosos espectáculo navideño que podéis ver en Nueva York desde la segunda semana de noviembre a la primera de enero. Y sí, ya lo habíamos visto pero sabíamos que necesitábamos volver a ver el Christmas Spectacular, y ser niños de nuevo, volver a creer en la Navidad (a mi me hace tanta falta eso) gracias a las icónicas bailarinas de principios del siglo XX. Volví a llorar. Tenéis que ir a verlo si vais en esas fechas a la ciudad.

8. Patinar sobre hielo en Bryant Park.
Siiiiii, la vez anterior fue imposible, pero esta vez convencimos a mi maridos (gracias Robert) para patinar sobre hielo en Nueva York, mientras sonaba Sinatra y veíamos el Empire State. En NY podéis patinar en varios lugares, como la pista de hielo del Rockefeller Center o en Central Park. La de Bryant Park es gratuita, sólo tenéis que pagar el alquiler de los patines y la taquilla (consejo: llevad un candado y os ahorraréis esto último). Una experiencia única; no os la perdáis.

9. Vivir un acontecimiento histórico (Elecciones EE.UU.).
Cuando mi marido me dijo que volvíamos a NY y las fechas, nos dimos cuenta de que íbamos a ser muy afortunados, porque íbamos a vivir uno de los acontecimientos históricos en EE.UU.: las elecciones. Tenían lugar al día siguiente de nuestra llegada y por eso nos lanzamos a la calle desde bien temprano a ver y vivir el ambiente. Todo eran cámaras de televisión, periodistas, fotógrafos y mucha, mucha policía. Por la tarde nos acercamos a la plaza del Rockefeller en la que habían desplegado grandes dispositivos mediáticos y estaban emitiendo especiales desde allí (ya sabéis que mi marido y yo somos periodistas). Los nervios y las reacciones de los neoyorkinos nos hicieron vibrar. El resultado, ya lo sabéis. Donald Trump se convirtió, ante el asombro de muchos, en el nuevo presidente de los EE.UU. Esos días me enviasteis muchos mensajes preguntándome cómo lo vivieron los neoyorkinos. Ellos ya os digo que mal, pero también os digo que pensamos muchas veces que EE.UU. es Nueva York, Washington y Los Ángeles. Y no, también está Michigan, Alabama, Tennessee, Illinois, Utah... Y qué sí, mucho mundo libre, mucha libertad pero os aseguro que la América del Norte profunda sigue siendo, en una gran proporción, un país, machista, sexista, homófogo, racista... vamos que "América para los americanos". ¿Me entendéis no?. Unas elecciones no se ganan por casualidad.

10. Ir de shopping a los outlets de New Yersey.
Nueva York y shopping son palabras que van unidas. Nosotros siempre hemos vuelto con algunas compritas en la maleta y hay cosas (como las high marcas) que merecen mucho la pena. En la propia ciudad encontraréis varios outlets pequeños. Nosotros siempre vamos los de New Jersey, donde encontraréis un montón de marcas y picaréis seguro. Consejito: id con una maleta pequeña a comprar; os acordaréis de mí ;-)

11. Asistir a un late night show de televisión.
Mi marido y yo somos periodistas, muchos ya lo sabéis, así que para nosotros, ir a ver un programa en directo en la televisión americana es un plan obligado. Ya lo hicimos la última vez, cuando disfrutamos de El Show de Trevor Noah en directo. Esta vez queríamos ir a ver a Jimmy Fallon pero fue imposible conseguir tickets. Así que fuimos al The Late Show de Stephen Colbert precisamente la noche de las elecciones. Fue súper divertido. Si os apetece este plan, podéis reservar los tickets aquí. Hay muchos programas en los que, con suerte, podréis ver a actores, cantantes...

12. Visitar el Chelsea Market.
Una de las zonas más de moda de NY es el barrio de Meatpacking district, situado en la parte oeste de Manhattan. En otros tiempos, esta era una zona bastante degradada de Nueva York, pero gracias a iniciativas como el Chelsea Market o la High Line ha conseguido ponerse de moda. El Chelsea Market, situado en la 9th Avenue con la 15th street, se encuentra ubicado en una antigua fábrica de Nabisco, en concreto en esta fábrica fue donde se inventaron las famosas Oreos. En un increíble ejercicio de rehabilitación, la antigua fábrica se ha convertido en un precioso edificio de oficinas, y en las plantas más bajas se sitúa el mercado donde puedes comprar todo tipo de cosas y parar a comer o cenar. Podéis comer antes o después de pasear por las antiguas vías del tren.

13. Coger el ferry de Staten Island.
Seguro que si vais a Nueva York alguien os dirá que toméis el Ferry de Staten Island para ver la Estatua de la Libertad. Nosotros lo hicimos la primera vez que pisamos la Gran Manzana, como buenos turistas primerizos en NY. La segunda vez no, y esta tercera, una mañana, nos apeteció darnos este paseo, que es súper agradable, y así lo hicimos. Es gratuito y podréis conseguir fotos preciosas de la bahía y de Miss Liberty. Una vez lleguéis a Staten Island tendréis que bajar y volver a subir de nuevo para que os lleve de vuelta. No os perdáis tampoco las vistas del skyline.

14. Ir al nuevo edificio Oculus.
El año pasado lo encontramos en obras, pero esta tercera vez ya pudimos maravillarnos con Oculus, una impresionante estación de metro en la zona financiera de Manhattan, que en su día quedó devastada por el atentado terrorista del 11S, obra del arquitecto Santiago Calatrava, y que a mi me recuerda a la columna de una ballena, y sin embargo para Calatrava es un ojo abierto con sus pestañas, y de ahí su nombre Oculus. Si sois fans de Calatrava vais a reconocer enseguida al arquitecto en esta obra. Muy al estilo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, o el Puente de Calatrava, en mi ciudad, y con el que precisamente he crecido y cruzado millones de veces, ya que hasta que me casé, vivía muy cerca. Blanco e inmaculado, alberga numerosas tiendas y restaurantes.  

15. Comer el mejor sandwich de pastrami en Katz's Delicatessen.
Tiene la fama y os juro que es verdad. Si sois cinéfilos como yo os acordaréis seguro de Cuando Harry Encontró a Sally y de la escena de la cafetería en la que Meg Ryan finge un orgasmo delante de todos los clientes. Me moría por ir y esta tercera vez allí nos plantamos para comer. Este deli se encuentra en el Lower East Side y acaba de cumplir 125 años. Todo el mundo en NY, famoso o no ha pasado por allí. Atienden entre 400 y 4.000 clientes diarios, y venden siete mil kilos de pastrami semanales. Y como dice su dueño: 'si Sally hubiera probado el pastrami, no habría tenido que fingir nada'. Y por si os lo estáis preguntando, el pastrami es carne de ternera en salmuera, posteriormente cocinada y cortada muy muy finita en filetes. Tenéis que pediros un sándwich de pastrami (os aconsejo que lo compartáis porque es enoooorme) con pepinillos y patatas fritas. ¡Gloria bendita!

16. Misa Gospel en Harlem.
Imprescindible, aunque no seáis creyentes, si pasáis un domingo en New York, tenéis que acercaros a Harlem a escuchar una misa Góspel. Nosotros lo hacemos desde la primera vez y lo seguiremos haciendo porque es toda una experiencia y puro arte.

17. Comer en Sylvia's
Os aconsejo comer en Sylvia's, un restaurante súper auténtico del que saldréis rodando y que merendéis en Il Caffe Latte, con un buen capuccino y una riquísima porción de tarta.

18. Tomar un buen bruch.
Adoro a quién inventó el Brunch. Ya sabéis que se trata de un intermedio entre el desayuno y la comida; o bien un desayuno potente tardío, o una comida ligera (o no) temprana. En NY hay muchas propuestas y lugares. Nosotros lo hicimos en el Northerm Bell, en Brooklyn, y si estáis por allí os lo recomiendo: café, mimosas, tortitas con fruta, huevos con bacon... ¡Deli!

19. Un buen capuccino y una cupcake en el primer Magnolia Backery.
Mi primera vez en Magnolia Backery fue durante mi segunda vez en NY. Pero esta tercera visité el primero de la ciudad, el de la serie Sex & The City y en el que las chicas hacían cola para conseguir una rica cupcake. No es barato pero un capuccino y una cupcake es imprescindible. Está muy cerca de la casa, en la ficción de Carrie Bradshow.

20. Ver un partido de la NBA con pizza y Coca Cola.
Ya nos estrenamos la segunda vez y esta tercera repetimos. Ver un partido de la NBA es otra experiencia que no os podéis perder aunque, como a mí, no os guste este deporte. Podéis comprar entradas en el propio Madison Square Garden o, como hacemos nosotros, en esta página web aquí en la que podéis encontrar entradas de segunda venta, totalmente legales. Es decir, por ejemplo, alguien que tiene dos entradas para ese día y no puede ir, las pone a la venta más baratas para conseguir recuperar algo de dinero. Como os decía es todo un espectáculo. Os aconsejo cenar allí, con una pizza o perrito y una Coca-Cola o cerveza. ¡A lo yankee!

21. Tomarte una copa en un rooftop con vistazas.
Las terrazas con vistas para tomarse una copa son uno de los grandes atractivos de la ciudad. Esta vez fuiomos al 230 Fifth, uno de los rooftop más guays y desde donde vais a tener unas vistas del Empire chulísimas. También os digo que en primavera o verano resulta más agradable. Nosotros nos helamos un poco de frío (te prestan albornoces) pero aún así valió mucho la pena.

22. Visitar el edificio de las Naciones Unidas.
Si os gusta la historia y la política este edificio os cautivará, por su simbología y por lo que se 'cuece' allí dentro. Se puede visitar pero nosotros no pudimos esta vez. Lo haremos en una próxima seguro.

23. Comerte una haburguesa en The Burguer Joint
Ya os hablé de la que, en nuestra opinión, es una de las mejores hamburguesas de NY y la encontraréis dentro del hotel The Parker Le Meridien, en The Burguer Joint, un antro súper curioso, pequeñísimo y que siempre está llenísimo. No os pongáis vuestras mejores galas porque seguramente acabaréis manchados o con alguna cerveza por encima. Fuimos en nuestra segunda vez y teníamos que repetir. No sé por qué, pero su carne es deliciosa. Acompañadla con patatas fritas y una cerveza.

24. Pasear por Central Pak.
Nueva York en otoño es preciosa y donde lo vais a ver mejor es en Central Park, con esos colores marrones, amarillos y naranjas de los árboles. Vayáis en la época que vayáis visitar el pulmón de NY es súper obligatorio. Pasear, ir en bici, dejarse sorprender por cada rincón. Un lugar ideal para haceros preciosas fotos.

25. Tomar unos gin tonics de happy hour
Pues sí, aprovechad el afterwork neoyorkino para sumaros a la happy hour y tomaros algunas copas por menos dinero. Tenéis un montón de locales chulísimos por toda la ciudad pero os recomiendo la zona del West Village, donde también encontraréis garitos con buen jazz.

26. Comer perritos y/o pretzels en los puestos callejeros
Mmmm, en serio, no dejéis de comeros un buen perrito con su cebollita y su ketchup en algunos de los carritos callejeros que encontraréis por las calles más transitadas de la ciudad. Además es una de las mejores formas de aprovechar más el tiempo. Tampoco podéis dejar de pediros, también en un puestecito de la calle, un petzel calentito con sal. A mi me encantan.

27. Ver el desfile del Día de los Veteranos.
Es lo que tiene una ciudad, que un día estás caminando y, de repente, te encuentras con el desfile de El Día de los Veteranos, que se celebra cada año el 11 de noviembre. Se honra a los militares que han servido a las fuerzas armadas estadounidenses en la guerra. Es básicamente una muestra de respeto hacia los supervivientes. Este desfile se celebra desde 1929 y participan más de 20.000 personas cada año. Primero se guardan dos minutos de silencio y a las 11 de la mañana empieza el desfile. Es, cuanto menos, pintoresco de ver.

28. Relajarte en Aire Ancient Baths New York.
La tarde antes de nuestra vuelta la pasamos relajándonos, e intentando recuperarnos del cansancio de esos 10 días en la Gran Manzana en uno de los mejores spas que conozco. Ya os he hablado de estos centros de relajación de lujo, porque hay varios, tanto en España como en el mundo. Os hablé de ellos aquí y aquí. El Aire Ancient Baths se encuentra en el barrio de Tribecca, en el bajo Manhattan, y sigue la línea del resto de la misma cadena: lujo, relax, comodidades, bienestar... Salimos, como en otras ocasiones, flotando. Os recomiendo mucho mimaros una tarde o una mañana después de días de tute de turismo. Lo vais a agradecer.

29. Disfrutar en Washington Square.
Es una de mis plazas favoritas de New York. Si os quedáis observando un rato veréis que empiezan a ocurrir cosas sorprendentes. Está situada en el sur de la isla de Manhattan, cerca de la Universidad de Nueva York en el barrio de Greenwich Village. Veréis también un arco de triunfo dedicado a George Washington.

30. Visitar los estudios de la NBC y su tienda de merchandising.
Como os decía, para nosotros, seguramente no para todos, visitar unos estudios de TV es algo emocionante. Si os gusta también este mundillo, aunque no seáis periodistas, seguro que disfrutaréis de un tour por los estudios de la NBC, situados en el Rockefeller Plaza (en 49th Street, entre Fifth Avenue y Sixth Avenue) en Manhattan. También podéis curiosear en su shop de merchandising.

31. Pasar el puente de Brooklyn.
Nunca, nunca, nunca me cansaré de cruzar este puente que une los distritos de Manhattan y de Brooklyn. Os aconsejo cruzarlo una vez andando, despacio, sin prisa, deleitándoos con las maravillosas vistas al skyline; pero también hacedlo alguna vez en coche o en bici. Seguro que sabéis que las mejores fotos del puente las tomaréis desde abajo, al lado del famosos The River Café (en el que cenamos la segunda vez en Nueva York y nos fascinó). También os recomiendo cruzar el puente de día y de noche.

32. Comer un bagel de mantequella de cacahuete.
Aunque me encantaría, creo que vivir en Nueva York acabaría conmigo. Me pasé los 10 días comiendo de todo lo más gordi y yankee que os podáis imaginar. Sí, también bagels con mantequilla de cacahuete. Súper rico y súper gordi ;-).

33. Visitar los puestecitos de Bryan Park y comprar recuerditos
Como os dije, pasamos una mañana genial patinando en Bryan Park y luego aprovechamos para comprar té en alguna de las tiendecitas de alrededor.

34. Las hamburguesas de Shake Shack.
Las descubrimos en nuestra segunda vez en la Gran Manzana y somos fans. Se trata de una cadena de hamburgueserías tipo McDonalds pero, a mi parecer, mucho más ricas y de calidad. Soy muy fan de sus patatas fritas en zigzag.

35. Comerte un helado en Ferrara, Little Italy.
Si te encuentras de visita por La Pequeña Italia no puedes dejar de visitar el Café Ferrara, una de las más antiguas panaderías y cafés de Manhattan. Inaugurada en 1892 por Enrico Scoppa y Antonio Ferrara, se trata de un negocio familiar en el que cinco generaciones continuaron fabricando sus productos como antaño. Además de vender café y galletas, Ferrara sirve a sus clientes pizza, paninis, helados, postres y tortas. Suele estar bastante lleno siempre así que tened paciencia. Vale la pena.

36. Emocionaros frente a los monumentos del 11S.
Siempre que voy a NY vuelvo a ese lugar y lloro. Me gusta pasar la mano por los nombres, cerrar los ojos y desearles que, allá donde estén, se encuentren en paz. Os parecerá masoquismo, pero me gusta obligarme a recordar que uno no nace y muere con 90 años, sino que cualquier día todo puede acabar, de forma natural o por la mano de bárbaros que se creen con derecho a jugar a ser juez y verdugo según les parezca. Por eso es importante vivir cada día como si fuera el último.

37. Comer sin gluten en Le Pain Cotidien
Pues sí, se puede comer sin gluten en Nueva York y, aunque yo no soy celíaca, tengo varias amigas que sí lo son, o son intolerantes, así que Le Pain Cotidien es perfecto para tomar un rico café y un trozo de tarta gluten free.

38. Admirar el Edificio Flatiron.
Es otro de mis favoritos de la ciudad. Es un rascacielos centenario situado en Manhattan. Se encuentra en una manzana triangular, limitada al sur por la Calle 22, al oeste por la Quinta Avenida y al este por Broadway. Estas dos últimas calles confluyen delante del edificio con la Calle 23, a la altura de Madison Square.

39. Unos buenos tacos en The Corner.
Teníamos que volver a probar los ricos tacos de The Corner. Os aseguro que son de los mejores que he probado, Y bien de precio. Ya os hablé de este lugar. Es una especie de furgo con una barra pequeña, así que cruzad los dedos para que haya un huequito para sentaros. Fuera hay mesas.

40. Pasear por el High Line.
El paseo por las antiguas vías del tren es muy bonito y recomendable. Es un parque lineal de 2,33 km. en el distrito de Manhattan. que se encuentra en una sección elevada de la línea Est Side Line de la extinta compañía de ferrocarriles New York Central Railroad. Os encantará.


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